C. Muñoz / R.Velis
Dos años y medio después de que se adjudicara el proyecto de la biblioteca del Prado a la laureada arquitecta iraquí Zaha Hadid, la Universidad de Sevilla tiene ya el salvoconducto con el que empezar la construcción. Urbanismo le concedió la semana pasada la licencia de obra.
La Universidad de Sevilla ya tiene en sus manos la licencia de obra que le permite empezar "cuanto antes" la construcción de la biblioteca del Prado. Después de haber renunciado a una indemnización en caso de que los tribunales fallen en contra del Ayuntamiento y suspendan la construcción de este edificio -tal y como reclaman vecinos de la zona y asociaciones conservacionistas-, "la Universidad y la ciudad, estamos de enhorabuena", reconocían ayer fuentes académicas. La Gerencia de Urbanismo resolvió la semana pasada la concesión de la licencia, con la que el Vicerrectorado de Infraestructuras, responsable del proyecto, tiene carta blanca para empezar con los trabajos previos a la entrada de la maquinaria de obra.
El primer, y más delicado paso, que tendrá que dar la Universidad es la del trasplante de 229 árboles y palmeras. Ya se sabe -porque así está recogido en el proyecto que ha logrado el visto bueno de Urbanismo- dónde irán algunos de esos ejemplares: 150 se recolocarán en Ingenieros(56), Bermejales (51), Odontología (34) y el Rectorado (9). Los 79 restantes irán a una parcela anexa a la obra mientras se ejecutan los trabajos.
La biblioteca del Prado ha sorteado un obstáculo más con la concesión de la licencia, ya que antes de que Urbanismo se la concediesa, éste encargó un informe al secretario municipal del Ayuntamiento con el fin de despejar dudas legales. En dicho informe, el secretario es contundente: "Para la biblioteca del Prado rigen las determinaciones del PGOU con la única limitación de no poder sobrepasar, ni siquiera con estudio detalle, la altura establecida por el propio Plan".
