Cultura

"La Bienal es un proyecto muy vivo, para nada es un dinosaurio"

Tras año y medio moviéndose entre bastidores, Cristóbal Ortega vive ya plenamente la que es su primera Bienal como director de un evento que, disculpándose por la cascada de tópicos, insiste en que es el escaparate mundial del flamenco y su principal referencia, un trono que jura y perjura no está en riesgo de perder ni por asomo

el 14 sep 2014 / 12:00 h.

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Cristóbal Ortega, en el espacio Santa Clara. / Carlos Hernández Cristóbal Ortega, en el espacio Santa Clara. / Carlos Hernández Muy satisfecho con el eco internacional de la Bienal, Cristóbal Ortega aspira ahora a conectar todavía más el festival con la ciudad. Asegura que el flamenco tiene todavía mucho margen para su explotación económica, recuerda los contactos que hubo con Paco de Lucía para que clausurase en el Maestranza y anuncia que la Torre de Don Fadrique se inaugurará antes de fin de año con un evento relacionado con la Bienal que, apostilla, es la mejor de todas las posibles. O sea, que ha diseñado su Bienal ideal. Por supuesto que es mi Bienal ideal, porque es a la que ya nos estamos enfrentando. ¿Que si pueden hacerse más cosas por el flamenco y por la Bienal? Pues también, pero he soñado tanto con la Bienal, me la he imaginado tantas veces a lo largo de este año y medio, que ahora la estoy disfrutando con todo el público, estoy muy muy contento de cómo han quedado configurada. ¿De verdad no cree que falte algo o alguien para que sea perfecta? En un festival como éste hay que poner en valor tanto a los artistas que están como los que no están, porque los que no están también hacen festival, se crean unas expectativas ilusionantes para 2016 para que nos puedan acompañar entonces. Incluyendo las actividades paralelas estamos hablando de más de 100 espectáculos y 500 artistas, pero siempre se quedan fuera algunos que son importantes, claro. En su momento dijo que se han valorado más de 400 propuestas artísticas para la Bienal, ¿qué requisitos debe cumplir un espectáculo para estar entre los elegidos? A priori todos tienen el requisito cumplido perfectamente, porque para mí cualquier artista que se sube a un escenario merece todo el respeto del mundo. Ahora, va a ser el público el que juzgue si ese espectáculo ha cumplido sus expectativas, así que no hay una serie de baremos, es a posteriori el público el que dice si ha cumplido o no. Lo que sí es verdad es que han resultado dolorosas todas las propuestas que se han quedado fuera. Si hablamos del momento más complicado en el año y medio que llevo como director, ha sido el de tomar la decisión de estos descartes. ¿Cuál es al que más le ha costado convencer para que venga a la Bienal, al margen del caché? Cuando ponemos en valor el caché de un artista no se valora sólo el aspecto económico, para mí no ha sido eso lo más importante. Aparte de que todos los artistas hacen una apuesta por estar aquí, se valora también lo que el artista aporta a la Bienal. El criterio económico no ha sido el que ha marcado si alguien estaba fuera o dentro de la programación, para nada. Ya, pero alguno le habrá costado más trabajo, ¿no? Cuando te pones a trabajar una programación y negocias, lo primero que hay que transmitir es la ilusión por participar en el festival flamenco más importante del mundo, el resto viene solo. Vamos, que no se moja. Pues no. Un reproche clásico a la Bienal es que hay pocos estrenos. No estoy de acuerdo, porque la Bienal es el escaparate mundial del flamenco y las compañías apuestan por hacer espectáculos nuevos para ella, y para muestra los 22 estrenos absolutos, con dos nacionales y con dos galas. Tenga en cuenta que en España están ahora todas las salas de ensayo perfilando coreografías y sacándole sisa a los vestidos, porque ahora mismo el movimiento creativo en torno al flamenco es enorme, esos 22 estrenos se están cociendo, se están estructurando, y eso lo hace la Bienal. El objetivo es ser un escaparate al mundo; ese escaparate lo ponemos nosotros, pero lo tenemos que vestir entre todos. ¿Y se está consiguiendo? Uno de los objetivos es que la ciudad se identifique más con su Bienal, y eso lo estamos consiguiendo. Cambiamos la calendarización, pensando en el público internacional que nos visita pero también en el de Sevilla, porque quiero que a la gente de Sevilla se le llene la boca diciendo «la Bienal», hemos dado ese pasito de que la gente lo diga muy orgullosa. Si conseguimos que el público entre en eso, va a ser muy positivo para la Bienal. Y eso lo hemos hecho con actividades en barrios, en los distritos, en todos lados se va a hablar de Bienal, que también la hemos identificado con los niños con un doble objetivo: generar público de futuro, que tan importante es, y para que sean altavoces del flamenco y de nuestra cultura. ¿La Bienal es más valorada fuera que dentro de Sevilla? Que esté valorada fuera de Sevilla es muy importante, pero nuestro objetivo es que, estando valorada en Sevilla, que lo esté aun más. ¿Que si tiene más prestigio fuera que dentro? Estamos luchando para que eso no suceda sino que esté repartido a partes iguales, y para esta edición Sevilla está viviendo de manera muy directa la Bienal de este año. Pues la sensación de muchos es que la Bienal es un evento diseñado para los guiris. Los guiris forman parte… Bueno, los guiris no, la gente que nos visita desde fuera de España es una parte importante de la Bienal por una sencilla razón, y es que el flamenco es universal, y eso hace que en los principales espacios escénicos del mundo ya tienen en su programación algo de flamenco. Si eso nosotros lo exportamos de manera positiva al mundo, es normal que el mundo quiera venir a Sevilla cuando se celebra el mayor evento flamenco del mundo. Cristóbal Ortega, en el espacio Santa Clara. / Carlos Hernández Cristóbal Ortega, en el espacio Santa Clara. / Carlos Hernández ¿Y el mundo viene de verdad? Aproximadamente del 25-30% de los asistentes a la Bienal son extranjeros, esas son las cifras que se desprenden de la venta de entradas. Y ha aumentado incluso un poquito, porque empezamos a comunicar y a ilusionar Bienal desde el mes de enero, y porque también nos hemos ido al extranjero y la hemos presentado en París, Buenos Aires, Viena… Todo esto ayuda a que al final la Bienal tenga un impacto de millones de euros en la ciudad. ¿Los japoneses se mantienen como los más fieles? Japón sigue siendo el principal consumidor de Bienal y de flamenco en general, pero están apareciendo mercados emergentes muy importantes para nosotros y que estamos potenciando, como Rusia, Centroeuropa, Iberoamérica (Chile, Argentina, Brasil, México), Canadá, China… Pero si ves dónde hemos vendido entradas te salen las Islas Feroe, Túnez, Sudáfrica, y eso es porque en cualquier sitio del mundo hay una academia o un tablao. ¿Qué tal son las relaciones con la Junta? En la edición de 2012 hubo tensión y exigió tener capacidad de decisión para seguir poniendo dinero en la Bienal. Pues para eso me he rodeado de un consejo asesor que me ha ayudado en la toma de decisiones y a escuchar otros puntos de vista. Tenía claro que no podía haber sólo expertos en flamenco, sino que debía integrarse a nivel institucional, que estuviesen representadas todas las instituciones y diferentes ámbitos importantes para la Bienal. Así que había representantes del Ayuntamiento, del Ministerio de Cultura, de la Diputación, de la Junta, de la Universidad, anteriores directores para aportar su experiencia, expertos en comunicación para darle un aire nuevo… Y entre todos hemos hecho esta programación. Pues el Ballet Flamenco de Andalucía se incorporó en el descuento, ¿de verdad que no hubo problemas? Para nada. La historia fue que cuando nos plantean la propuesta de que participe para celebrar el 20 aniversario del Ballet Flamenco de Andalucía la programación ya la teníamos cerrada. Pero desde la Bienal, en la que el objetivo es que estén representadas todas las producciones que se están haciendo en Andalucía y potenciar este Ballet, se le abrió un hueco en la programación y estamos muy contentos de que su propuesta sea estrenar en la Bienal. Por cierto, este modelo de gestión ¿está diseñado para pervivir o la Bienal acabará gobernada por, por ejemplo, un patronato? Lo que puedo decir es que diseñado la programación de este año, que me he entregado en cuerpo y alma y que cualquier tiempo que le he podido dedicar se lo he dedicado. La decisión sobre la estructura que debe de tener la Bienal, si un patronato o una fundación, es algo que se me escapa y es a nivel político donde se debe tomar. Se le ha criticado que la Bienal se le ha dedicado a Paco de Lucía deprisa y corriendo, que sólo se han acordado de él tras su muerte... Pues nada más que ser nombrado director de la Bienal una de las primeras gestiones fue llamar al mánager de Paco de Lucía, porque quería que estuviera en esta Bienal. Su última participación fue en 2010, con un gran éxito. El mánager nos dijo que se lo había comunicado, que tenía una gira por España y que luego se iba un tiempo a descansar a México, y que después de México nos daría una respuesta. La respuesta no nos la dio el mánager, nos la dio la vida, porque en febrero nos levantamos con la desaparición de Paco. El interés que teníamos era que la Bienal de 2014 se cerrara con un concierto de Paco de Lucía, porque Paco ha estado siempre muy presente en la Bienal, en sus programaciones e incluso formando parte del jurado de los primeros Giraldillos. ¿No hubiese sido más elegante dedicarle una gala al artista o montar un espectáculo con guitarristas? A lo mejor dedicarle una gala hubiese sido lo más sencillo, y en eso estamos trabajando ya para hacerlo en la próxima edición. Sí es verdad que la Bienal tenía que hacerle un guiño a Paco, porque es un referente del flamenco nacional e internacional. Lo que hicimos fue dedicarle la Bienal a él con uno de sus discos, Fuente y caudal, que creo que nadie puede poner en duda, y luego hemos diseñado actividades paralelas porque queremos dar a conocer la figura de Paco, que todos la conocemos pero queremos dar un saltito más. Hemos diseñado una exposición que ha comisariado su biógrafo, Juan José Téllez, y dentro de las actividades paralelas hemos organizado un simposio para dar a conocer al Paco guitarrista, pero también al Paco persona, al Paco amigo de sus amigos. ¿La Bienal está en deuda con Paco de Lucía? No considero que la Bienal esté en deuda ni con Paco de Lucía ni con nadie. Tras 18 ediciones, ¿es posible innovar o es un pequeño dinosaurio al que le cuesta moverse? Para nada, para nada, cumple 18 ediciones y está súper joven, salta, se mueve, es un proyecto súper activo y que todavía tiene capacidad para innovar en el campo de la comunicación, de la programación, en la internacionalización... Por supuesto que está viva, para nada es un dinosaurio, es un proyecto muy vivo y al que todavía se le puede sacar gran partido para beneficio del flamenco y del artista. Pues parece que festivales como el de Las Minas de La Unión le ha ganado la partida en cuanto a popularidad y repercusión... Pues no comparto esa opinión. La Bienal es el festival flamenco más importante del mundo por su singularidad, porque se lleva a cabo en un espacio como es la ciudad de Sevilla con un patrimonio histórico artístico impresionante y en el que llenamos cualquier rincón, es el escaparate mundial del flamenco. Y ese trono no está en riesgo para nada, porque además los proyectos culturales aportan unos a otros, no entran en rivalidad. Si el Festival Internacional de Música y Danza empieza a programar flamenco no le está haciendo la rivalidad a la Bienal, todo lo contrario, la está potenciando. ¿El flamenco está demasiado explotado económicamente? El flamenco se ha convertido en una industria cultural y de las más potentes, a los niveles de la producciones cinematográficas por el peso específico que tienen sus producciones. Puede suponer entre el 3 o el 4% del PIB andaluz en cuanto a industria cultural, porque no son sólo los festivales sino todo el tejido profesional que mueve en torno al flamenco: luthiers, vestuario, escenógrafos… Hay un gran nicho de mercado para seguir explotando el flamenco y proyectos como la Bienal. Por cierto, decía que tiene su Bienal ideal, pero su objetivo era usar la Torre de Don Fadrique como escenario y al final no va a ser así. Cuando van los albañiles a tu casa sabes cuándo entran pero no cuándo salen, y en este caso los albañiles van a tardar en salir más de lo esperado, pero antes de que finalice el año vamos a inaugurar la Torre de Don Fadrique con algún evento relacionado con la Bienal. El alcalde se comprometió a que la Torre en su inauguración se iba a vestir de flamenco y antes de que termine el año lo vamos a hacer.

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