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La burbuja no ha explotado

La burbuja, la inmobiliaria, no ha explotado. Bueno, sí lo ha hecho, llevándose por delante muchas cosas. Algunos se han quedado tranquilos, pensando que la deflagración la ha hecho desaparecer; pero no, sigue estando ahí, afectando a mucha gente, que sufrirá sus consecuencias durante un tiempo que será largo...

el 16 sep 2009 / 03:30 h.

La burbuja, la inmobiliaria, no ha explotado. Bueno, sí lo ha hecho, llevándose por delante muchas cosas. Algunos se han quedado tranquilos, pensando que la deflagración la ha hecho desaparecer; pero no, sigue estando ahí, afectando a mucha gente, que sufrirá sus consecuencias durante un tiempo que será largo. Se ha creado otra burbuja, un fallo en el tiempo, en la que están todos aquellos atrapados por la primera, la inmobiliaria, y que no han conseguido escapar de ella a pesar de que ésta ha explotado.

Siguen en la burbuja quienes, obligados por unos precios enloquecidos, se entramparon más de lo debían, aunque los bancos les convencieran de que podían. Sus problemas, provocados por el pasado, seguirán e hipotecarán su futuro. Siguen en ella todos quiénes, por los precios, tuvieron que adquirir viviendas diminutas, en lugares absurdos, porque era esto todo lo que se podían permitir. Han quedado atados a unas casas que no satisfacen sus necesidades. Siguen allí quiénes no pudieron independizarse entonces porque sus recursos no bastaban para lo que las casas costaban entonces, y que ahora no obtienen créditos para comprar unas casas con unos precios más razonables.

La burbuja sigue viva en la costa; ella habrá explotado, pero sus daños al patrimonio natural español no. ¿Quién dinamita ese hotel ilegal que se ha convertido en un icono de los desmanes urbanísticos? Los bloques de apartamentos siguen allí, y aunque estén vacíos la destrucción del paisaje continúa. Nuestras ciudades seguirán siendo horribles e inhumanas. Los ciudadanos atrapados en los atascos de entrada y salida seguirán en la burbuja unas horas al día.

La corrupción de los ayuntamientos seguirá saliendo a la luz por mucho tiempo, y quizás la lógica perversa que trae consigo no podamos nunca superarla. Quién se benefició de la burbuja dilapidó lo ganado, y a alguno no le ha quedado nada; quien la sufrió nunca llegó a ganar ninguna cosa, y ni siquiera se verá liberado con su colapso. Tenemos que aprender de lo acaecido, impedir que se repita, imputar responsabilidades y auxiliar a sus víctimas. Tenemos que mejorar, porque si no la próxima vez lo que explote quizás sea el país.

Catedrático de Derecho del Trabajo

miguelrpr@ono.com

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