El rastreo en el descampado de Camas conocido como La Ruta del Agua concluyó ayer, un día antes de lo inicialmente previsto, sin que entre los matojos y el terreno reseco se haya encontrado el más mínimo indicio sobre el crimen de Marta del Castillo pese a que unos 70 policías han peinado palmo a palmo el trozo de monte, de unos cuatro o cinco kilómetros cuadrados de extensión, donde el abuelo de la joven estaba convencido de que se encontrarían pistas.
El comisario jefe de la investigación, Manuel Piedrabuena, aseguró ayer que los agentes del Grupo de Subsuelo han mirado en más de 70 orificios, entre pozos, colectores, arquetas y hasta tubos de conducción telefónica, sin hallar ningún rastro. Sí se han recogido un trozo de manta y una tela que se encontraban en el descampado y que se remitirán a la Policía Científica para su análisis, más que nada para agotar cualquier sospecha, aunque los investigadores prácticamente descartan cualquier vínculo con la muerte de Marta.
Para la Policía no ha sido una sorpresa la falta de hallazgos relacionados con el crimen; los propios investigadores ya habían remitido un informe al juzgado en el que desaconsejaban la búsqueda porque no había nada que apuntase hacia ese terreno, más allá de que Miguel Carcaño vivía a tan sólo un kilómetro cuando mató a la joven, hace ahora tres años. Pero el abuelo de Marta, que comenzó a rastrear ese terreno tras recibir una llamada anónima que sugería que el cuerpo podía estar allí, insistía en sus sospechas y el juez terminó por acceder a ordenar un rastreo superficial por si se hallasen indicios que justificasen otro más exhaustivo.
En el auto en el que ordenaba la búsqueda, el juez de Instrucción 4 ya avisaba de que, ante la ausencia de indicios que vinculasen el descampado con el crimen, sólo se realizaría una "inspección visual con los medios propios de la Policía". La idea era no incrementar el gasto de más de 616.000 euros que ha supuesto para las arcas públicas el alquiler de maquinaria en las anteriores búsquedas realizadas en el río Guadalquivir, el vertedero de basuras de Montemarta y otros dos rastreos previos en Camas.
Además de estas grandes búsquedas, la Policía ha buscado el cuerpo de la joven en más de 70 lugares de Sevilla, Huelva y Cádiz durante los tres años transcurridos desde el crimen.
El resultado negativo no ha satisfecho a la familia: el abuelo de Marta, José Antonio Casanueva, anunció ayer mismo que está buscando ayuda de alguna empresa que pueda cederle maquinaria especializada con la que comenzar a remover por su cuenta los terrenos de esta parcela. El abuelo, que al igual que el padre ha acompañado a la Policía durante los cuatro días que ha durado la búsqueda en este descampado, insiste en que buscará una "retroexcavadora" para levantar el suelo en busca de su nieta.