Tras la dimisión del hasta el jueves primer ministro italiano, Romano Prodi, los conservadores han exigido la convocatoria de elecciones anticipadas, convencidos de que ganarán. De hecho, el líder opositor, Silvio Berlusconi, está cada día más seguro de su vuelta y ha comentado que los sondeos le dan 15 puntos por más que La Unión -coalición de izquierdas-, a lo que añadió que, si se celebraran en primavera las elecciones, conseguiría una diferencia de más de 30 senadores.
Mientras, el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, abrió ayer consultas antes de decidir cómo resolver la crisis política abierta por la caída de Prodi, que se produce en una "delicada fase" en la historia del país. Los primeros en acudir fueron el presidente de la Cámara de los Diputados, Fausto Bertinotti, y el del Senado, Franco Marini.
