De cine a teatro, de banco a sede de la Junta, de la descontaminación por amianto a los sustos por los incendios... La historia del edificio Coliseo de la Avenida es tan larga como su expediente de restauraciones. La caída de tejas ha obligado a iniciar una nueva que empezará este mismo mes.
El pasado 27 de julio, la comisión ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo aprobó las obras de conservación para reparar la techumbre de un torrejón del antiguo Teatro Coliseo, en el número 38 de la Avenida de la Constitución. Hace unos meses se registraron desprendimientos en la torre más cercana a la Casa de la Moneda, lo que hizo saltar las alarmas.
Entonces, la Junta de Andalucía, propietaria ahora del histórico edificio, se vio obligada a contratar la restauración. Según el arquitecto Carlos Monis, encargado de la dirección técnica del proyecto, los trabajos se estima que puedan empezar durante este mismo mes de agosto y que terminen en unos tres meses. El presupuesto previsto es de algo más de 40.000 euros, según comenta el arquitecto.
En un principio, y como medida de emergencia, se colocaron redes para evitar la caída de las tejas en mal estado, que serán sustituidas por otras nuevas. Según los responsables de las obras, en las que participarán una decena de operarios, lo más laborioso y lo que requiere más tiempo es la instalación del andamiaje, puesto que los paños en malas condiciones se encuentran a unos 28 metros de altura.
En concreto, se estima que la superficie en la que habrá que reponer las piezas antiguas (hechas de cerámica de Triana) tiene alrededor de 45 metros cuadrados, que están distribuidos en cuatro aguas.
Según Monis, el proyecto ha sido presentado en la Comisión Provincial de Patrimonio y sólo está a la espera de los últimos trámites administrativos. El Coliseo fue declarado monumento histórico artístico de interés local en 1971 y tiene una larga historia a sus espaldas.
Actualmente está ocupado por la Delegación provincial de Economía y Hacienda de la Junta y tiene una superficie de más de 7.700 metros cuadrados. Presta servicio desde el 26 de marzo de 2007, una vez concluidas las obras de adaptación del inmueble y la peatonalización de su entorno.
La rehabilitación del edificio, dirigida por el arquitecto Pedro Baturone, supuso una inversión de 3,2 millones de euros, sin contar con el dinero que se destinó a desamiantar el edificio, operación bastante costosa que fue financiada por el BBVA, antiguo propietario del edificio.
Las obras de rehabilitación se iniciaron en 2003 y fue la entidad financiera la que costeó la eliminación de amianto porque vendió un edificio con un "vicio oculto". Desde entonces se han realizado varias restauraciones, sobre todo en los torrejones ante el mal estado de las tejas de cerámica.
