Local

La caída del imperio sevillano

Soplan vientos de secesión simbólica; en enclaves más o menos históricos y casi despoblados nostálgicos en busca de notoriedad se conforman -de momento- con la separación del aquí mando yo y, así, unos pretenden reconstruir la Puerta del Arenal, otros prohibir las velas en la Avenida.

el 14 sep 2009 / 20:29 h.

Soplan vientos de secesión simbólica; en enclaves más o menos históricos y casi despoblados nostálgicos en busca de notoriedad se conforman -de momento- con la separación del aquí mando yo y, así, unos pretenden reconstruir la Puerta del Arenal, otros prohibir las velas en la Avenida, los de más allá dejar como estaba la Encarnación o que la biblioteca de la Universidad no se construya en el Prado. Son los mismos que tenían y mantenían grabada la idea de Sevilla como la ciudad imperial del siglo XVII, un emporio que, tras dejar a Toledo en la cuneta, nunca volvió a compararse con otra, en la que eran impensables los aires independentistas porque ¿cómo se iba a independizar de "Madrid" si Madrid no era más que una colonia suya?

Era por tanto lógico que en "el mejor cahíz de tierra" de toda España y aun del mundo no podían prender esos localismos que tanto tirón tenían en Málaga, Cádiz o Huelva. Sólo cuando ha empezado a dibujarse la Sevilla del XXI ha surgido un localismo de nuevo cuño, desde dentro. Estos chauvinistas escenifican cada día su película como si fueran Anthony Mann rodando La caída del Imperio Romano pero en realidad son personajes secundarios, como aquel jefe de bloque de "La Colmena", de Cela, autoerigido en mandamás de una escalera. Casualmente en el barrio más poblado, el de Sevilla-Este, el PP propone otra secesión, ésta si con todos sus avíos.

Antonio Zoido es escritor e historiador

  • 1