Una de las novedades de la pasada Bienal fue la programación de actividades y actuaciones en espacios singulares de nuestra ciudad al aire libre. Por fortuna, esta nueva adición ha retomado la iniciativa y la ha puesto en manos de María González, la directora de El Mes de Danza. No en vano este festival fue el pionero en convertir la calle en escenario. Inspirada en el título con el que esta Bienal rinde homenaje a Paco de Lucía, Fuente y Caudal, María lleva la danza alrededor del río y las fuentes, como la de La Plaza de los Reyes, donde se inauguró el pasado día 13 el ciclo con el baile de Cristina Hall y Ana Pérez, una americana y una francesa unidas por su afición al baile que dejaron muy claro que el flamenco no tiene fronteras. Al día siguiente, también junto a una fuente pero esta vez en la Puerta Jerez, la bailaora sevillana Mª Angeles Gabaldón sorprendió a los viandantes bailando al compás de la música improvisada del trío Urulario. Y para cerrar el fin de semana Alicia Márquez puso su magisterio al servicio de todo el que quiso acercarse a la Plaza Nueva, que congregó a un buen número de aficionados dispuestos a aprender los pasos de tangos que la bailaora enseñó con esmero. Así es el esquema de este año: actuaciones de calle el sábado a las 6 y las 7 de la tarde, y una clase gratuita el domingo a las 12 de la mañana. Como la que nos brindó ayer en la Torre de los Perdigones Juan Povillo, quien asumió el reto de enseñarnos los entresijos de un palo poco conocido: el jaleo. Su origen es extremeño y su compás responde al de las bulerías. Se trata, por tanto, de un ritmo bastante complejo. Pero el joven maestro lo fue desmembrando de una forma tan explícita y didáctica, que todo el numeroso grupo que se congregó frente a su escenario acabó bailando la pieza entera con arte y salero. Aunque no tanto como el que derrochó el día anterior El compás del Chino en el Paseo de la O. Su pieza Sucumbo hizo sucumbir a más de uno con su mezcla de música electrónica, palmas y jaleos. Una trasgresión creativa que también definió la actuación de Alicia Acuña y Manuel Cañadas quienes, junto a la guitarra eléctrica de Raúl Cantizano, impregnaron de flamenco su danza contemporánea en el Parque de Mª Luisa.