Piensen por un instante en Tomás Moro, aquel ejemplar político que fue capaz de anteponer su consciencia a los designios de la corona británica. ¿No creen que resulta absolutamente necesario reivindicarlo en un momento como el actual?, se preguntaba ayer Ignacio Amestoy, productor de Thomas vive, filme que estos días rueda en el Monasterio de San Isidoro del Campo, tras haberlo hecho en el Convento de Santa Clara, el director sevillano Antonio Cuadri con un elenco mayoritariamente hispalense.
Es una adaptación actualizada de la obra de Shakespare, proyectando al siglo XXI a Tomás Moro y su mensaje, abordando la singularidad de un hombre que plantó cara a los poderes corruptos de su época, explica el realizador de la afamada El corazón de la tierra. Producida íntegramente por la Universidad Internacional de La Rioja un centro que imparte enseñanzas online y con fuerte vocación cultural Thomas vive podría estar presente en el próximo Festival de Cine Europeo de Sevilla, que se celebrará en noviembre. Ese es nuestro deseo, expresó Cuadri, quien junto al productor de la cinta, concluyó en que, de un modo u otro, la película tiene la distribución asegurada en festivales, salas independientes y en la red, donde acabará poniéndose legalmente a disposición de los espectadores.
Nuestro objetivo ha sido divulgar la historia sin hacer un ladrillo, queremos que la gente se entretenga y reflexione al mismo tiempo, apuntó su realizador, fogueado en la exitosa serie televisiva Al salir de clase y con amplia experiencia en el mundo de la televisión. La mayor particularidad del filme es que cuenta a la vez dos tramas, la de los actores contemporáneos que ensayan una obra de teatro sobre Tomás Moro y la de sus personajes a través de sus representaciones, explicó Cuadri, esto es, teatro dentro del cine. No por nada la compañía Teatro Clásico de Sevilla a través de actores como Moncho Sánchez (Tomás Moro) y Juan Motilla (Cardenal Wosley está enrolada en el reparto de una cinta que es cien por cien una historia de actores, según Ignacio Amestoy.
Referencias múltiples a San Isidoro del Campo también se hicieron ayer durante la presentación del rodaje, toda vez que las cámaras y el oropel del cine ha regresado a este templo del siglo XIII después de que en él se rodara Alatriste. La diferencia es que a nosotros la institución, consciente de que esta es una empresa modesta, no nos ha cobrado nada. Lo menos que podemos hacer es animar a la gente a que, además de visitar parques temáticos, se acerque a joyas del patrimonio como este lugar, subrayó Cuadri.
En el equipo técnico destaca además la labor del guionista, Claudio Crespo (que ya colaboró con el director en La buena voz) y la presencia del ICAS, la Consejería de Cultura de la Junta y la Sevilla Film Office. Amestoy, en nombre de la Universidad Internacional de La Rioja, recalcó cómo este centro apuesta por las artes de encuentro en unos tiempos de desencuentro, siendo capaz de poner en marcha proyectos como este. De su vocación digital habla la película, más pronto que tarde, visible en todo tipo de pantallas, de pago y no.
