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La campaña de Babel

Los partidos pelean por captar el voto extranjero el 22-M, que puede ser decisivo en una decena de pueblos de la Costa del Sol y localidades de Almería.

el 20 feb 2011 / 20:55 h.

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La mayoría de los extranjeros que se han inscrito en el censo electoral son comunitarios.
Los partidos afinan sus estrategias para hacerse el 22 de mayo con un suculento bocado electoral: el voto extranjero. Unas 85.000 personas de otros países, la mayoría europeos, podrán ejercer este derecho en las municipales, según datos del Instituto Nacional de Estadística. La participación de los inmigrantes puede ser decisiva en al menos una decena de municipios de la Costa del Sol, donde tendrían la llave de los comicios. De ahí que los partidos vayan a mimar al máximo a estos vecinos, a los que incluirán en sus candidaturas y ofrecerán folletos y mítines en sus respectivos idiomas.

 

PSOE, PP e IU coinciden en que el voto extranjero será "muy decisivo" en algunos municipios, principalmente en Málaga y Almería, pero no en toda Andalucía, aunque señalan que "hay una tendencia progresiva" y en cada cita con las urnas votan más inmigrantes. Para ello, deben ser mayores de edad, residentes en la comunidad y haberse inscrito en el censo electoral antes del 25 de enero. Este año, por primera vez podrán votar ciudadanos de Bolivia, Cabo Verde, Chile, Colombia, Ecuador, Noruega, Paraguay, Perú y Nueva Zelanda gracias a los acuerdos alcanzados entre el Gobierno central y cada uno de estos países.

Sin embargo, la presencia de extracomunitarios en los censos será simbólica y sólo podrán votar 2.843. "Haría falta un mayor esfuerzo de todos, principalmente del Gobierno, para que más extranjeros solicitaran el derecho al voto. Además, aún no se ha firmado el convenio con Marruecos, de donde provienen muchos de nuestros nuevos vecinos", opina Arantxa Martín, portavoz de Inmigración del PP-A en el Parlamento. Cree, además, que si no hay tantos electores ahora es porque "muchos se están yendo de Andalucía por falta de oportunidades". También desde el PSOE-A, el secretario de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Antonio Pradas, reconoce que había "una mayor expectativa", pero asegura que el hecho de que puedan votar inmigrantes no europeos tendrá un efecto de "onda expansiva".

Los extranjeros tendrán una mayor influencia el 22-M en Málaga (podrán votar 42.066) y en Almería (15.814). Los partidos "llevamos varias elecciones trabajando intensamente en la Costa del Sol, donde el fenómeno extranjero tiene ya 20 años", recuerda José Antonio Castro, diputado andaluz de IU por Málaga. El reto ahí es implicar a los foráneos, la mayoría ingleses jubilados, en la vida política del pueblo. Castro sostiene que en municipios del litoral pueden llegar a "mover hasta tres concejales" y también influir en la Diputación. Los datos lo confirman. En Benalmádena, por ejemplo, podrán votar 2.853 extranjeros, cuando la diferencia entre el PSOE -partido más votado- y el PP en las municipales de 2007 fue de 1.569 papeletas. En Mijas figuran en el censo electoral 2.958 extranjeros, más que la distancia entre los dos grandes partidos, y en Estepona acudirán a las urnas 3.170 inmigrantes. También serán determinantes en Nerja, Torrox, Casares, Marbella, Vélez Málaga, Rincón de la Victoria y Fuengirola. En la Axarquía, de hecho, el 22-M se estrena el partido fundado por europeos con casas ilegales.

La estrategia de los partidos en la Costa del Sol está bien definida. Llevarán a extranjeros en sus candidaturas, aunque por ahora no hay ningún cabeza de lista foráneo. El PSOE, por ejemplo, lo tiene asumido como un compromiso federal. Los socialistas andaluces ya han celebrado varias reuniones en San Vicente para perfilar su estrategia, han aprobado hacer la campaña en varios idiomas y están en contacto con asociaciones de inmigrantes para que les trasladen sus inquietudes, explica Pradas, exalcalde de El Rubio (Sevilla). También los populares se han reunido con los extranjeros en cada municipio e incluirán propuestas en el programa marco a nivel regional y en los locales. "Hay alcaldes que han dado mítines en rumano", apunta Arantxa Martín, que es de Almería.

Los políticos coinciden en que el colectivo inmigrante es "muy heterogéneo" y, por ello, las respuestas deben ser distintas. A los problemas de todos los andaluces -paro, educación y sanidad- deben soportar otros específicos, como el lenguaje o la falta de integración. "Prestarles atención es obligado. Son unos vecinos más", apostilla Castro.

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