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La cantera de Badajoz sigue sorprendiendo

El novillero pacense Tomás Angulo cortó dos orejas. Su paisano Campos, un trofeo.

el 01 jul 2011 / 10:30 h.

Tomás Angulo cortó dos orejas.

Se estrenaba la madrugada y un puñado de muchachos paseaban a hombros a un joven torero por las calles del Arenal. Parecía una estampa de esas historias que cuentan los aficionados viejos. Y fue una gozada. El Ciclo de Promoción de Nuevos Valores no ha podido comenzar con mejor pie. Y ha vuelto a certificar que la excelencia taurina no sólo bebe de las fuentes del Guadalquivir. Badajoz ya dio un fuerte toque de atención el pasado año y en esta ocasión dos tocayos de Llenera volvieron a dejar las orejas gachas del pabellón taurino hispalense.

El aspirante palaciego Manuel Rodríguez detentaba la responsabilidad de defender a la tierra de María Santísima y aunque el muchacho se mantuvo siempre firme y correcto, resolviendo la papeleta con absoluta dignidad, no fue capaz de sacudirse el agarrotamiento con el que resolvió su faena al alegre eral que rompió plaza, al que enjaretó toques un punto bruscos y excesiva rigidez de brazos. El cuarto resultó mucho más molesto y la labor de Manuel resultó larga en el metraje y un punto deslavazada en la forma a pesar de salpicarla de buenos muletazos aislados.

Pero el contrapunto lo iban a poner, Guadiana arrina, estos Tomases que vinieron a darlo todo. La gran sorpresa llegó, cuando el festejo transcurría sin grandes sobresaltos, en el quinto novillo de la calurosa noche. Tomás Angulo muleteaba asentado y con temple, con concepto sólido, en una faena que pasó del interés a la cadencia; de la corrección al virtuosismo. Novillo y novillero se fueron enhebrando en un faenón de intensidad creciente y relajo natural que iluminó la noche como un lucero. Cada vez más abandonado, gustándose y gustando, el novillero de Llerena se hartó de torear en un trasteo resuelto con variedad y buen gusto que ya lo ha puesto en la final. Aunque la banda volvió a cortar antes de tiempo, aún hubo ayudados para remachar un recital que también tuvo refrendo con la espada. Las dos orejas era de cajón aquí y en Pekín. Angulo ya se había mostrado firme, muy bien colocado y entregado con el segundo de la noche, un novillote pronto y un punto informal que se movía mejor en la distancia larga permiténdole mostrar su tarjeta de presentación en una faena de final brillante.

Tampoco se quiso quedar atrás su tocayo Tomás Campos, encajado y estético al recibir al tercero, un eralote que no acabó de entregarse en la muleta y que se quedó debajo de los engaños en demasiadas ocasiones. Pero el pacense dio la verdadera medida de sus posibilidades enfrentándose al sexto en una faena de enorme mérito y exposición. El novillo embestía siempre midiendo al chaval, enterándose y Campos lo toreó con desgarrada belleza al natural. Éste también cuenta.

 PLAZA DE LA REAL MAESTRANZA

  • Ganado: Se lidiaron seis erales de El Serrano, de correcta presentación y juego global interesante y variado, primando la movilidad. El peor, por rebrincado y molesto, fue el cuarto y el mejor, por su excelente juego, fue el quinto. El resto se dejaron en distintas dosis.
  • Aspirantes: Manuel Rodríguez, de la Escuela de Sevilla, silencio tras leve petición y silencio tras aviso.
    Tomás Angulo, de Llerena, ovación tras aviso y dos orejas.
    Tomás Campos, de la Escuela de Badajoz, vuelta al ruedo y oreja.
  • Incidencias: La plaza registró más de un cuarto de entrada con mayoría en el Sol. 

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