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La capilla del Baratillo cierra seis meses para ser restaurada

La imágenes recibirán culto en una sala anexa al templo de la calle Adriano

el 28 jun 2010 / 18:42 h.

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Interior de la capilla de la calle Adriano, que hoy acogerá su último culto.

Una misa de difuntos, fijada a las 20.30 horas de hoy, será el último culto que acoja la capilla de la Piedad del Baratillo hasta dentro de seis meses. La sede canónica de la corporación del Miércoles Santo, ubicada en el número 13 de la calle Adriano, cierra por obras de restauración.

 

La Comisión Local de Patrimonio del Ayuntamiento autorizaba el pasado día 23 las obras de conservación del templo, un proyecto que consistirá en la eliminación de grietas y humedades y en la reparación de yeserías, cornisas y carpinterías, así como en la sustitución de todas las instalaciones ya obsoletas.


La empresa constructora encargada de estas labores será Construcciones Bellido SA -la misma que llevó a cabo la restauración de la iglesia colegial del Salvador y que se ha hecho cargo de la recuperación de Santa Catalina-, mientras que la dirección facultativa del proyecto recaerá sobre el arquitecto Francisco Granero Martín, a la sazón hermano del Baratillo.

Durante el desarrollo de las obras, las imágenes titulares de la cofradía baratillera recibirán culto en el oratorio instalado en el salón de la Santa Cruz, con acceso por la calle Gracia Fernández Palacios, justo a la espalda de la capilla, en la que en este tiempo se mantendrán los cultos en los horarios habituales.

Según relata el hermano mayor de la cofradía del Miércoles Santo, Ignacio Pérez Franco, está previsto que las obras se prolonguen por espacio de seis meses desde el mismo instante en que se le conceda formalmente la licencia. Hasta ese momento las tareas se centrarán en "vaciar" la sacristía y la propia capilla.

El lógico deterioro sufrido por el paso del tiempo y sobre todo la humedad que padece la capilla, catalogada con un nivel de protección B en el PGOU, han obligado a la hermandad a plantearse la conveniencia de estas obras, un proyecto que recibió las oportunas bendiciones del cabildo general de hermanos el pasado mes de febrero.

"En esta zona la capa freática es muy alta porque tenemos el río al lado", apunta el hermano mayor, que achaca a la humedad la formación de ciertas grietas. Ya el año pasado, recuerda Pérez Franco, se produjo un desprendimiento del revestimiento de la escayola en el techo de la capilla, llegando a caer en uno de los bancos, lo que obligó a la hermandad a instalar una malla metálica en la zona para evitar nuevos desprendimientos.

Las obras incluirán la rehabilitación de los elementos de carpintería, tales como el cancel de madera interior de acceso al templo, que data del siglo XVIII, y las puertas de la sacristía. La solería de la capilla, apunta el hermano mayor, también será levantada y, en función de su estado, se verá si es necesaria su sustitución.

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