Cofradías

La cara más humana de nuestras cofradías (Jueves Santo/Madrugá)

el 20 abr 2011 / 18:36 h.

Francisco Javier García. Diputado Mayor de Gobierno de la hermandad de Monte-Sión

«El cambio de turno con Exaltación será positivo»

Hay cofrades que dedican todo el año a su hermandad, como Javier, que se emociona incluso durante los traslados de las imágenes de Monte-Sión. Tiene 40 años y lleva 39 saliendo a la calle los Jueves Santos, pero para él son tan importantes los preparativos como el día que les toca hacer la estación de penitencia.

“Trabajo durante todo el año preparando la procesión, haciendo los traslados, besapiés y viacrucis. Aunque mi verdadera función como diputado la realizo cuando salimos a la calle”, asegura Javier, que ejerce de Diputado Mayor de Gobierno desde noviembre de 2009.

Hoy Monte-Sión, la cuarta del jueves, cambia su turno con la hermandad de la Exaltación, que tradicionalmente sale la segunda. Para Javier, este cambio “es positivo, para evitar los parones. Era necesario hacer la prueba un año y pienso que sobre todo va a beneficiar a los hermanos que realizan el cortejo, algunos de más de 70 años o en carrito”.

Su labor exige un trabajo constante en la calle y disponer de una cuadrilla de confianza: “Siempre hay algún problema de última hora, pero solemos resolverlo satisfactoriamente gracias al trabajo que hemos realizado todo este tiempo”. Dentro de unas horas arengará a sus auxiliares para motivarles y “conseguir que todo salga bien”. Cuando todo acabe regresará a su templo sin voz y cansado, pero todo habrá merecido la pena: “Es lo mejor del mundo”.

En la memoria de Javier quedan también años duros, por las inclemencias del tiempo y la lluvia que nunca perdona. “Recuerdo especialmente un Jueves Santo en que llovía con mucha fuerza. Nosotros estábamos dentro de la Catedral y tuvimos que salir de ella hasta tres veces”. Pero como buen Diputado Mayor asegura conocer “perfectamente” cada rincón del itinerario, cada estrechez, dónde se forman las bullas, además de presumir de “un grupo humano que ya está muy hecho a todos los imprevistos que puedan surgir”.No en vano, la hermandad de Monte-Sión fue felicitada el año pasado por el Consejo de Hermandades, ya que realizó su itinerario con 7 minutos de adelanto. Todo un orgullo para Javier pues detrás de este record hay muchas horas de duro trabajo y muchos hermanos implicados.

También pueden estar contentos sus dos hijos, que pertenecen a la cofradía desde su nacimiento, y quieren seguir los pasos de su padre.

 

Gabriel Estévez. Mayordomo de la hermandad de Pasión

«El mayordomo es el corazón de la cofradía»

Gabriel empezó su andadura en la Semana Santa con 11 años. Al igual que tantos chicos de su edad,  empezó a vincularse estrechamente con la hermandad de Pasión cuando comenzó a salir de acólito. “Colaboraba en las labores de priostía, donde no sólo aprendí cómo montar un paso o calzar un cirio, sino que muchos de mis mejores amigos los hice en esos años”.

Poco a poco fue adquiriendo más responsabilidades, hasta llegar a formar parte de la Junta de Gobierno de Javier Criado como priostre segundo. “Ese año recuerdo que Javier se enfadó con razón conmigo porque yo salía descalzo y él, que iba de fiscal y había salido algún año en ese lugar, sabía lo importante que era ir calzado por si hay que subir al paso ante cualquier emergencia o eventualidad”. Una lección de sabiduría cofrade que Gabriel memorizó para el año siguiente: “Era 1998 y nos llovió al llegar al Duque y junto al antiguo capiller me tuve que subir para proteger al Señor con un plástico diseñado al efecto”.

Era tanto su ímpetu por querer proteger al Señor lo antes posible que, cuando bajó del paso, se percató de que se había clavado los pinchos de las flores tanto en las manos como en los pies, aun llevándolos protegidos, esta vez sí, con sandalias.

Actualmente, desde su puesto de mayordomo, no para en todo el año. “Aunque es un ritmo intenso, hay otro tipo de trabajo que suele pasar desapercibido y es el que ocupa gran parte del tiempo de un mayordomo, como es la gestión del personal, seguros, contratos, pagos, enseres, inmuebles... que hay que llevar al día y de manera rigurosa puesto que, aunque una hermandad no es una empresa, su gestión sí que debe llevarse de forma similar a una de ellas”.

Para él, un mayordomo “es una especie de corazón de la hermandad por el que pasa toda la sangre de la cofradía”. Por eso insiste en la importancia de rodearse de un buen equipo de colaboradores.  “Probablemente, lo más bonito del cargo sea la íntima cercanía con las imágenes, sobre todo con la del Señor, ayudando a vestirlo a su camarero, que en Pasión siempre es un sacerdote”.

La hermandad de Pasión incorporará música al paso de palio esta noche: “Todas las marchas que se interpreten serán de carácter fúnebre acorde a la hermandad de Pasión. Además del amplio número de composiciones que tenemos”.

 

Ignacio Guillermo Prieto. Capitán de la Centuria Macarena

«Esta noche será la última que ejerza como Capitán»

El Capitán de la Centuria Macarena no dejará de mirar al cielo durante todo el día de hoy, pendiente del tiempo. Está Madrugá es muy especial para Ignacio Guillermo pues, tras toda una década, comandará por última vez a sus armaos.

Dice que se retira “por no ser egoísta, por dejar paso a las nuevas generaciones”. Lo cierto es que esta noche será la última que se vista de centurión. “Será duro, pero hay personas que vienen detrás mía y tengo que dejarles pasar. Llegó la hora de desempeñar otros cargos en la Macarena”. Lo dicho. Pero hoy le toca interpretar su papel: “Estaré todo el día nervioso, iré por la mañana a la Basílica y le daré los buenos días a las imágenes y a la guardia. Luego almorzaré pasta, como los futbolistas, y me vestiré en la casa de mis padres”.

Aunque por su edad podría continuar algunos años más, Ignacio lleva en la Centuria Macarena desde los 14 años. “He ocupado todos los puestos a los que aspira un armao, desde escolta de alférez a gastador”, recuerda con orgullo, “y puedo decir que el mejor sitio de toda la Semana Santa, el más privilegiado, se encuentra entre la primera fila de gastadores”.

Quizá uno de los momentos que no borrará nunca de su memoria fue  aquella noche de noviembre de 2001, en que Juan Ruiz, el hermano mayor de entonces, le comunicó que sería el Capitán de la Centuria. “Me llamaron a las tres de la mañana y no pude dormir en toda la noche, fue una alegría tremenda”. Pero toda una vida de armao deja muchos otros recuerdos, no siempre buenos: “Hemos tenido malos momentos, como cuando falleció El Pelao, o Pepito, dos hermanos que también fueron capitanes, y que consideraba casi de mi familia”.

Ignacio ejercerá de Capitán hasta el próximo mes de noviembre. “Espero que mi sucesor sea el actual teniente Fernando Vaz, pues el también adora a la Centuria”. Cuando llegue ese instante puede estar seguro de que ha dejado huella para los futuros hermanos. “Entre otras cosas he sido el impulsor de la tradicional visita de los armaos al Hospital Infantil”. 

Si hay algo, siempre tendrá claro es el comportamiento ejemplar que ha demostrado la Centuria bajo su mando: “En cada reunión le digo a mis armaos que me siento orgulloso de ellos. Todos sentimos la misma  locura”, bendita locura.

 

Óscar Ruiz Delgado. Subdirector y compositor de la banda de música de los Gitanos ç

«Es un sueño volver a tocar tras nuestro Cristo»

Cinco años si salir detrás de su Cristo han sido todo un calvario para Óscar Ruiz, subdirector de la banda de los Gitanos. Pero este año, en Semana Santa, su agrupación musical volverá a tocar las marchas tras Nuestro Padre Jesús de la Salud.

Óscar comenta que durante estos años en los que la hermandad de los Gitanos no les permitió salir fueron “muy duros”, pero han sabido salir adelante gracias a que todos los músicos de la agrupación forman “una piña, un grupo humano increíble”. “Hemos realizado mucho esfuerzo, le hemos robado tiempo a nuestras familias, que también están detrás de todo el trabajo. Pero volver este año es una alegría enorme, como volver a soñar”.

Las notas de su trompeta volverán a sonar en la Carrera Oficial, pero Óscar no estará sólo. “Los músicos de la banda somos como hermanos. Cuando marchamos y miras de reojo a tu lado ves a todos tus compañeros, cada uno viviéndolo a su manera. Algunos hasta lloran de emoción”.

Entre marcha revirá, levantar marcha y levantar marcha, Óscar asegura que durante las 11 horas que pueden pasar tocando sus instrumentos “siempre llega un momento en que te tienes que reservar, pero lo acabamos dando todo porque es nuestro día grande y tenemos que conseguir hacer feliz a la gente”.

Respecto a su faceta de compositor de marchas, señala que el público “es el que manda”. Lo que más desea es que a la gente le lleguen sus acordes. “Para mí es muy gratificante que una marcha guste a las personas que han venido a vernos”.

Para Óscar y los miembros de la banda de los Gitanos, la Semana Santa de 2011 supone su vuelta a los ruedos. Durante los años en los que no pudieron marchar aquí en Sevilla han tenido que emigrar a otras celebraciones, como la Semana Santa de Jerez o la Cabalgata de Reyes. Pero son conscientes de que su puesto está tras Nuestro Padre Jesús de la Salud.

“Esta Madrugá le daré gracias al Señor por todo. Pero también me gustaría agradecérselo a todas las personas que nos han apoyado tanto”. Para acordarse de sus seres queridos la banda de música de Los Gitanos estrenará está Madrugá algunas marchas. Quizás la más sentida por Óscar sea Y se fue al cielo, compuesta por él mismo y de la que los expertos dicen que va a dar mucho que hablar por su calidad.

  • 1