La prisión de Morón de la Frontera, que alberga a unos 2.000 reclusos y custodia en su módulo de especial seguridad a una quincena de etarras, sufre cortes de luz intermitentes que no se han solucionado en los más de dos años que lleva en funcionamiento. Son microcortes de apenas unos segundos pero muy reiterados, ya que llegó a haber 15 en una sola tarde o 20 el mismo fin de semana. Se producen por la sobrecarga de la red, porque el mastodóntico centro penitenciario precisa de una nueva línea eléctrica, prevista en el proyecto de la cárcel, que Endesa todavía tiene que construir según aseguran fuentes del recinto. Esto provoca situaciones como que las puertas no respondan al sistema automático y tengan que ser abiertas o cerradas a mano.
Las interrupciones no provocan graves problemas de seguridad, porque el centro penitenciario cuenta con generadores y sistemas que evitan que mientras se ponen en marcha se produzcan situaciones extremas, como la apertura de celdas o la interrupción de los sistemas de vigilancia. Pero sí son continuas las situaciones en las que se reduce la seguridad estándar que tendría que haber en el recinto, al margen de que hay otras labores que no son de este tipo pero que sí se ven afectadas.
Por ejemplo, si el corte de luz se produce durante las visitas de familiares, al no poder abrirse las puertas, los funcionarios deben ir a por los reclusos a sus celdas, abrir con llave y llevarlos a una sala común en la que también hay que abrir a los visitantes a mano, a veces a un número elevado de ellos. No es grave, pero es una clara grieta en la seguridad, un riesgo innecesario, según valoran las fuentes consultadas.
La cárcel tiene generadores que se activan tras unos segundos sin luz, pero tardan un poco y a veces ocurre que los aparatos a los que surten se apagan y tienen que volver a encenderse. La vuelta a la normalidad es gradual para evitar las sobrecargas que se producen cuando se va la luz y vuelve de golpe. La situación, por tanto, puede alargarse unos minutos y afecta a muchos sistemas, ya que todo está informatizado.
Para 2011. Para suplir la línea eléctrica deficitaria que tantos problemas está dando a la prisión hace falta un tendido nuevo, pero esta exigencia no ha surgido de la nada: en el proyecto de la prisión redactado entre 2004 y 2005 ya se recogía la necesidad de mejorar los sistemas dada la alta demanda de una cárcel de semejante tamaño. Pero cuando se inauguró, en agosto de 2008, la línea eléctrica no estaba hecha. Endesa responde a las consultas desde la cárcel que ha habido problemas con los terrenos, según indican fuentes del recinto, que añaden que la última vez que se le solicitó información la compañía replicó que hasta marzo de 2011 no podría comenzar la obra.
