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La catarsis de Samuel Eto'o en Vilafranca

Se cumplió ayer un año de las explosivas declaraciones de Samuel Eto'o en Vilafranca del Penedés, unas críticas a compañeros, cuerpo técnico, directiva y medios de comunicación que acabaron por marcar un punto de inflexión en la trayectoria del club y del equipo.

el 15 sep 2009 / 00:07 h.

Javier Giraldo

Se cumplió ayer un año de las explosivas declaraciones de Samuel Eto'o en Vilafranca del Penedés, unas críticas a compañeros, cuerpo técnico, directiva y medios de comunicación que acabaron por marcar un punto de inflexión en la trayectoria del club y del equipo.

Desde entonces, nada ha vuelto a ser igual en el Barça. De manera imprevista, Eto'o explotó. Criticó con dureza la indolencia de Ronaldinho, la dejadez de Frank Rijkaard y la guerra entre los partidarios del presidente Joan Laporta y de Sandro Rosell. El vestuario y los despachos del Camp Nou se estremecieron.

Con sus palabras, Eto'o denunció la existencia de un vestuario roto y unos jugadores divididos en función de sus preferencias entre los directivos y la prensa. Se había sentido ofendido cuando su entrenador desveló públicamente que se había negado a jugar ante el Racing (salía de una lesión). Los agravios y los egos del vestuario quedaron al descubierto.

Aunque un día después, en el entrenamiento del 14 de febrero, día de los enamorados, Eto'o y Ronaldinho protagonizaron un abrazo prefabricado por Thiago Motta, el Barcelona dio el primer paso hacia una temporada totalmente decepcionante.

Los números avalan esta tesis: cuando el camerunés explotó, el Barcelona era líder de la Liga (sólo había perdido dos partidos, en el Bernabéu y Montjuïc), con 46 puntos, dos más que el Sevilla y con cuatro de ventaja con respecto al Real Madrid. Estaba vivo en la Liga de Campeones y en la Copa. Tres meses después, el curso se cerró en blanco. El Madrid remontó la Liga, el Liverpool fue mejor en el cruce europeo y el Getafe humilló al equipo azulgrana cuando el club ya preparaba su viaje a la final de Copa.

A raíz del bajón de los resultados, pero también de las palabras de Eto'o, el presidente reconoció que el club había vivido en la "autocomplacencia".

Anunció medidas, la aplicación de un código interno y se dio lustre de noticia histórica a la llegada de Thierry Henry, el cuarto fantástico de la delantera; pero un año después del 'caso Vilafranca', todos los protagonistas de la polémica continúan en el club.

En cuestión de un año, todo lo relativo al Barcça se ha puesto en duda, desde la implicación del vestuario a la capacidad del cuerpo técnico, pasando por la gestión de la directiva. Los tres grandes pilares del club -Ronaldinho, Rijkaard y Laporta- han sufrido un enorme desgaste que cuestiona el proyecto, a la deriva desde que Eto'o expuso ante los micrófonos de Vilafranca todos los vicios del primer equipo.

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