Cultura

La catedral del cante por saetas

el 28 mar 2011 / 20:14 h.

Mercedes Cubero, una maestra ante la que todos se quitaron el sombrero.
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La Exaltación de la Saeta de Mairena del Alcor, que se celebró el pasado domingo en el Centro de la Villa del Conocimiento y las Artes, con un lleno absoluto, estuvo marcada por la ausencia del artista local al que se homenajeaba, Manuel Mairena, que tuvo que ser operado de urgencia el pasado sábado en Sevilla tras reproducírsele el tumor que le fue extirpado hace unos años.

A pesar de esta ausencia, que puso un velo de tristeza en los ojos de los aficionados asistentes, el acto resultó de una gran brillantez y una altura artística extraordinarias, algo que se esperaba, sin duda, porque la Casa del Arte Flamenco Antonio Mairena, encargada de la organización, se ocupó de que la Exaltación de este año estuviera a la altura del homenajeado.

El profesor Calixto Sánchez -por partida doble- era el encargado de la Exaltación y ofreció una conferencia larga y de una plétora de datos extraordinaria, rebatiendo algunas teorías un tanto manidas y aportando otras con una gran valentía y convicción personal. Como no podía ser de otra manera, el maestro ilustró sus palabras con su propio cante, concluyendo con una saeta colosal que entusiasmó al público.

Siete eran los artistas de la saeta que componían el magnífico cartel. Fueron Mercedes Cubero, José el de la Tomasa, Antonio Ortega, Arola Cala y los hermanos Castulo. Todos habían acudido desinteresadamente para rendir homenaje al maestro Manolo Mairena, lo que no les restó entrega y calidad. José el de la Tomasa fue el primero en cantar y lo hizo con buen temple y luciendo un estilo muy personal. Poco más hay que decir de quien hoy es uno de los saeteros más apreciados.

Sin embargo, para cantar saetas en Mairena del Alcor había que atarse bien la correa, porque el domingo hubo tres saeteros locales que, cada uno a su manera, son capaces de que se apaguen los cirios. Antonio Ortega padre cantó dos saetas colosales, con sus miedos, porque, como él mismo nos dijo al término de su brillante actuación, en Mairena son muy exigentes y pesa mucho luchar contra la tradición saeteril de este pueblo y la memoria de saeteros como Hornerito, Antonio Trozo o el gran Antonio Mairena.

Nada de esto afectó a la gran Mercedes Cubero, la voz de la saeta de Sevilla, una maestra ante la que hay que quitarse el sombrero. También tenía sus miedos Juan Castulo, quien nos obsequió con dos saetas interpretadas con un rajo gitano increíble y una profundidad que daba vértigo. Su hermano Manuel no le fue a la zaga, con su flamenquísima voz y un emocionante recuerdo a Tomás Pavón: Detente, Judas en la venta. Y el broche lo puso la portuense Aroa Cala, que clausuró la velada matinal con una saeta portentosa, dejando claro que quiere mandar en este palo.

El doctor Antonio Reina Gómez fue el encargado de hacer el ofrecimiento al homenajeado, quien puede estar muy orgulloso de ser de un pueblo donde se le quiere y admira. Las últimas noticias que tenemos sobre el estado de Manuel Mairena, es que sigue grave, aunque hoy mismo se le retiró la ventilación mecánica y se espera que se recupere en unos días.

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