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La Catedral se mueve al día hasta dos centímetros

La Catedral de Sevilla respira. Diariamente, "sube y baja un poquito" en un movimiento perfectamente predecible. "Es como si aspirara y soltara el aire", llegando a registrar oscilaciones de hasta dos centímetros en su clave.
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el 15 sep 2009 / 15:58 h.

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La Catedral de Sevilla respira. Diariamente, "sube y baja un poquito" en un movimiento perfectamente predecible. "Es como si aspirara y soltara el aire", llegando a registrar oscilaciones de hasta dos centímetros en su clave. Es uno de los descubrimientos que ha deparado la restauración de los dos pilares del trascoro, cuyas obras finalizarán en junio.

Con la colocación del último sillar, el pasado viernes a la hora del Angelus, se ha completado la sustitución del pilar 5C, el primero de los dos pilares situados en el trascoro catedralicio en concluir su restauración. La obra de sustitución -un proceso de "artesanía inteligente y bien organizado", según las palabras del maestro mayor de la Catedral, Alfonso Jiménez- no ha sido baladí, ya que se trata de "la primera vez en el mundo que se cambian pilares de una Catedral de esta envergadura sin suprimir el culto, el trasiego de gente ni las procesiones", subrayó ayer el ingeniero y autor del proyecto, José Luis Manzanares Japón. De hecho, recordó el ingeniero, cuando se cambió la Scala de Milán, estuvo décadas cerrada, como la Seo de Zaragoza, pero aquí se ha afrontado el "reto técnico" de cambiar el pilar con el público alrededor.

Las obras para la sustitución del pilar 5C dieron inicio el 25 de mayo de 2007 y se han prolongado por espacio de 16 meses. El segundo pilar en obras, el 4C, estará acabado en junio de 2009. Los trabajos, desarrollados por la empresa Joaquín Pérez Díez, cuentan con un presupuesto superior a los 1,3 millones de euros, costeados por el Ministerio de Cultura, si bien el Cabildo Catedral pagó a finales de los noventa 79 millones de las extintas pesetas (474.000 euros) para financiar el proyecto y la estructura de apeo colocada.

Para reemplazar los sillares sustituidos en el pilar 5C se ha empleado el mismo tipo "litológico" de piedra que la utilizada en su ejecución, hacia el año 1435, bajo la dirección entonces del maestro Chareles Gautier de Rouen, maestre Carlín. Se trata de un tipo de "piedra arenisca", procedente de una cantera situada entre Alicante y Albacate, aunque con un poder de resistencia diez veces mayor que la original, traída en su día en barcos desde la cantera de San Cristóbal, de la localidad gaditana de El Puerto de Santa María.

Los trabajos de sustitución se han desarrollado en tres fases o tramos de actuación, desde la base hasta su cota más alta, colocándose un total de 36 hiladas de 16 secciones cada una, lo que supone un total de 576 sillares de diferentes tamaños, formas y pesos: desde los 290 kilos de la piedra más pesada hasta los 95 kilos de la más ligera. "La mayor dificultad -explicó Alfonso Jiménez- ha consistido en destruir una piedra y meter otra", encajándolas como en un inmeso puzzle. La longitud sustituida del pilar ha sido de 11,35 metros, con una altura media por hilada de 31,5 centímetros.

En el proceso de sustitución de los pilares se han empleado "plantilas casi medievales para asegurar las formas originales de las piedras colocadas" y una estructura de apeo que actúa como una "férula" y soporta las cargas del pilar de piedra sujetándolo por arriba y descargándolo mediante ocho pilares metálicos sujetos por anillos de madera.

Para la fijación de los sillares se ha empleado un mortero a base de cal hiadráulica, modificado con adiciones para disminuir su restracción y aumentar su resistencia a compresión.

"ojos digitales". En todo momento, el proceso de sustitución de los sillares ha estado controlado por un sistema de auscultación electrónica, basado en sensores de desplazamiento y de tensiones, que ha registrado continuamente los movimientos detectados en los dos pilares objeto de restauración y sus alrededores. "Son como unos ojos digitales", explicó el maestro mayor.

Los datos se recogen cada 5 minutos y son procesados mediante un ordenador y su correspondiente programa informático, de manera que siempre se tiene acceso en tiempo real al estado del sistema y sus variables.

Según explicó el maestro mayor, los datos proporcionados por estos sensores demuestran que "la Catedral se mueve todos los días con el mismo movimiento" de dilatación y contracción, o lo que es lo mismo, "sube y baja un poquito". Las variables condiciones de humedad relativa y temperatura producen en el edificio un movimiento estable, "perfectamente predecible, y que ahora se ha aprovechado al quitar y colocar los sillares para ir a favor de él. Es como si toda la Catedral diariamente aspirara y soltara el aire", ilustró Alfonso Jiménez.

Este sistema de control electrónico, según explicó el ingeniero Antonio Molina Ortiz, proporciona hasta 120 canales de léctura, de los que sólo se han estudiado 73. Su misión es la de registrar mediciones técnicas de temperatura y humedad relativa, así como del desplazamiento medio entre el pilar metálico y la piedra. Como dato curioso, cabe destacar que la clave del edificio soporta movimientos que han alcanzado incluso los dos centímetros en elmomento en que la Catedral "toma aire". no detectándose cambios importantes en los registros desde la supresión del tráfico de vehículos en la Avenida de la Constitución.

El ingeniero José Luis Manzanares Japón precisó que los pilares objeto de sustitución "estaban partidos, pues la Catedral de Sevilla probablemente sea la catedral del mundo con menor resistencia de la piedra".

Manzanares añadió que ahora no urge cambiar ningún pilar más del casi medio centenar que tiene este templo gótico, "pero algún día habrá que ir sustituyéndolos todos".

En esta obra trabajan seis obreros y un capataz de la empresa Joaquín Pérez y, aunque no empezó a ejecutarse hasta noviembre de 2006, los primeros estudios y el proyecto se remontan al año 1997.

Rosa María Domínguez, la coordinadora de seguridad de las obras, aseguró que para evitar la cumulación de polvo una aspiradora se encarga de conducir la sucieddaa la cubierta para que el trascoro catedralicio pueda seguir funcionando con normalidad.

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