Los presidentes de CEA, Javier González de Lara (izda.), y CSIF-A, José Luis Heredia. / E.P.
La patronal empresarial andaluza CEA, en su nueva andadura bajo el liderazgo del malagueño Javier González de Lara, ha dado un paso más en la dirección de desmarcarse de anteriores etapas y de romper con modelos que se han demostrado perniciosos en su concepción, como el de la concertación social, una paz social sellada de forma tripartita entre el empresariado y los sindicatos CCOO y UGT de Andalucía, los dos mayoritarios.
En esa escenificación de ruptura se enmarca la reunión que ayer celebraron González de Lara y el presidente del sindicato CSIF-A, José Luis Heredia, en la que supone la primera foto juntos para este sindicato con la patronal andaluza, ya que como confirmaron fuentes sindicales, antes, «las relaciones no es que fueran buenas ni malas, es que eran inexistentes».
Ambas entidades lanzaron un comunicado conjunto en el que encuadran la reunión de trabajo de ayer como el comienzo de «una línea de colaboración» en aras de lograr «un diálogo social real y efectivo en Andalucía», y con el análisis compartido de que es necesario «iniciar una cooperación fluida entre los diferentes agentes sociales y empresariales de Andalucía que ponga fin a los graves datos de desempleo en la región».
Aunque en las notas no se aluda directamente a la concertación y a las horas bajas por las que ésta atraviesa, a nadie se le escapa que la nueva CEA defiende la necesidad de una mayor transparencia, y que con el gesto de esta primera reunión «oficial y formal» se abren las puertas a nuevos agentes que hasta ahora no participaban en el proceso, ya que hasta el momento en la negociación solo intervenían empresarios y los dos sindicatos mayoritarios junto con la Administración autonómica. Ni patronal ni centrales sindicales atraviesan por su mejor momento, en el primer caso cuestionado el papel de su anterior directiva en la gestión de la promoción de un conjunto de viviendas protegidas en Sevilla Este, así como por ser uno de los agentes que gestionaba los fondos de formación, cuyo sistema está ahora en cuestión.
Los sindicatos pasan asimismo por horas bajas. Así, la juez Mercedes Alaya investiga el presunto desvío de fondos de formación por parte de UGT-A hacia otros fines, además de la implicación de algunos sindicalistas en el escándalo de los ERE y también porque algunas de las supuestas sobrecomisiones pudieron acabar en las arcas de las centrales sindicales. Junto a ello, la justificación irregular de algunas facturas y su dudosa finalidad están siendo asimismo investigadas.
Unas circunstancias que han mermado la credibilidad de los dos principales agentes sociales empresarios y sindicatos y que ahora, con el proceso de regeneración que intentan abrir, se está tratando de recomponer, después de haber recibido numerosas críticas por haber garantizado la paz social en base a las subvenciones y fondos de formación recibidos.
José Luis Heredia, señalaron desde el principal sindicato de la función pública, «le ha ofrecido todos los medios materiales y humanos de CSIF Andalucía para participar en el nuevo modelo de diálogo social, tras analizar de manera conjunta la coyuntura socioeconómica de la región y el desarrollo del llamado Pacto por Andalucía».
Además, prosigue la nota, ambos han convenido también en la necesidad de lograr una administración pública «eficaz, eficiente, transparente y despolitizada, mostrando ambos presidentes una honda preocupación por llegar a acuerdos que faciliten este extremo».
El presidente de CSIF Andalucía indicó a su homólogo en la CEA que CSIF-A es el sindicato con mayor crecimiento en la región en el ámbito de la empresa privada, donde representa ya a más de 8.000 trabajadores andaluces.
