El Arzobispado de Sevilla ha levantado la suspensión que pesaba sobre la hermandad de la Cena desde hace más de un lustro y saldrá, si no hay imprevistos, en la Semana Santa de 2010. La decisión se tomó tras nombrar la nueva junta rectora, encabezada por el actual párroco de la iglesia del Amparo, Manuel Orta.
La hermandad de La Cena aún no existe como tal, porque para el Arzobispado una corporación religiosa no existe si no hay unas reglas y una junta de gobierno. Sin embargo, la archidiócesis sí que ha aprobado una nueva junta rectora con la obligación de recuperar la vida de hermandad tras la suspensión emitida en 2003.
A esta interrupción de las actividasdes se llegó después de los continuos enfrentamientos entre la junta de gobierno y el párroco de aquel entonces, Antonio Borrego, por la gestión de la propia hermandas. Ese conflicto llegó a los oídos del arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, que decidió suspender a la hermandad "hasta que se considere que ésta ha vuelto a la vida cristina".
Parece que ese momento, después de tanto esperar ha llegado con una nueva junta rectora, que ha restituido los cultos y, por tanto, podrá salir, en principio, el Jueves Santo de 2010. De momento, en la procesión sólo estarán el misterio de La Cena y el de palio. Por su parte, la salida de Jesús Humillado se suspende de manera indefinida.
La iglesia del Amparo se enfrenta así al segundo y quizás último intento de restituir la hermandad. El propio Orta confesó que en el Arzobispado le han comunicado que "si esto no sale bien, se procederá a la disolución definitiva de la corporación".
La primera vez que trató de recuperarse la hermandad fue en 2007, con la formación de una junta rectora que intentó remodelar las reglas. Pero acabó por disolverse con la marcha del cura, y las dimisiones en cadena de algunos de sus miembros.
Esa disyuntiva propició la creación de una comisión, encabezada por el párroco de la iglesia de Santa María Magdalena, Lorenzo Nieto. La comisión tenía tres objetivos: redactar las nuevas reglas, fijar el censo de hermanos y recuperar el patrimonio de la cofradía que, con la anterior disolución, había ido a parar a manos de particulares.
En septiembre de 2008, esta comisión concluyó su trabajo, que fue presentado al Arzobispado. La hermandad tiene nuevas reglas a falta de su aprobación definitiva y ha recopilado un censo de 1.500 hermanos, a quienes se les mandará una carta para saber si seguirán siendo miembros. Asimismo, se ha recuperado un 90% del patrimonio perdido.
La junta rectora funcionará un año, que es el tiempo que tardará en presentar las reglas (una vez difundidas entre los hermanos) al Arzobispado para su aprobación y convocar cabildo para la elección de la junta de gobierno.