El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, pidió ayer que los expedientes de regulación de empleo (ERE) no necesiten la autorización de la Administración para que sean rápidos y permitan salvar a las empresas y al conjunto de sus plantillas.
Díaz Ferrán, durante su intervención en el Foro organizado por la Nueva Economía Foro y patrocinado por Fundación ONCE y Caja Navarra, no especificó el procedimiento que propugna para los ajustes laborales y si serían las propias compañías las que los establecieran. "Los ERE deben ser rápidos", no necesitan "para nada" autorización de la Administración, argumentó.
La normativa vigente establece que los ERE que se plantean en una empresa con una o varias plantas dentro de la misma comunidad deben ser autorizados por el Gobierno regional, mientras que si se producen en varias, resuelve el Ministerio de Trabajo.
Díaz Ferrán señaló que los empresarios "nunca hemos pedido despido libre", puesto que ya existe, y matizó que su precio "es carísimo" y penaliza la contratación.
En respuesta al portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, que intervino en el acto y negó que su partido defienda el abaratamiento del despido, Díaz Ferrán mostró su desacuerdo e insistió en la "necesidad ineludible" de reducir dicho coste para que cuando la recesión "toque fondo" se pueda solucionar la situación de forma más rápida.
El dirigente patronal comentó que en España hay entre el 45% y el 50% de empleados con contrato indefinido. Si la compañía quiere prescindir de ellos, debe pagar 45 días por año trabajado. Mientras, cerca de un 30% tiene contratos temporales por el que perciben, si son despedidos, 8 días por año. Esta situación, dijo, es "mala para el trabajador y también para la empresa" y genera desconfianza en las pymes.
Por ello, abogó por contratos de más calidad, aunque consideró "imprescindible" que, "sin modificar los derechos de los trabajadores", se establezca un nuevo tipo de contrato [el de 20 días] que "anime" a las pymes para contratar.
Pero el planteamiento de ejecutar los ERE sin que medien las administraciones cosechó los rotundos rechazos del Gobierno y los sindicatos.
Así, el ministro de Economía, Pedro Solbes, replicó que en los expedientes de regulación "hay que buscar un equilibrio entre el interés de los empresarios y el de los trabajadores". "Todo empresario tiene lógicamente como pretensión tener los menores obstáculos posibles", sentenció. Y preguntado por este asunto, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, que se encontraba entre los asistentes al acto donde intervino Díaz Ferrán, se limitó a responder que éste "ha cerrado el paréntesis de la economía de mercado", algo que aquél negó.
Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Tony Ferrer, señaló que "la única obsesión" de Díaz Ferrán, "es cómo destruir empleo de la forma más rápida y barata" y también los derechos laborales, una tesis compartida plenamente por CCOO.
