La Delegación de Educación ha presentado una propuesta para modificar los 11 distritos escolares de Sevilla, las zonas que determinan en qué colegios puede estudiar un niño según la cercanía a su domicilio. Pero la proximidad dejará de ser prioritaria para lograr plaza en marzo. Dentro del distrito, valdrá lo mismo vivir frente al colegio que a 6 kilómetros.
La Delegación Provincial de Educación de Sevilla se propone neutralizar el criterio que más puntúa dentro del baremo escolar para lograr plaza en un colegio de Sevilla. La cercanía del centro al domicilio familiar ya no será el requisito primordial para conseguir entrar en la escuela elegida. No porque se vayan a cambiar los criterios del baremo -el domicilio seguirá teniendo la máxima puntuación (10 puntos)- sino porque la delegación planea suprimir las subzonas en las que, hasta ahora, estaban subdivididos los 11 grandes distritos escolares de la ciudad.
Esto significa que una familia logrará 10 puntos por domicilio familiar, ya viva a un minuto del colegio que quiere para su hijo, que a cinco kilómetros en coche, siempre que el centro escolar esté dentro de los límites de su distrito escolar. Esto podría complicar las cosas en las zonas de escolarización más extensas, como Centro-Macarena-San Jerónimo, y en las más pobladas, como Porvenir-Nervión-Ciudad Jardín. Si se aprueba la propuesta de preservar las zonas grandes, y eliminar las subzonas pequeñas, un niño de Macarena norte tendrá el mismo derecho a optar al colegio concertado La Salle, en el Centro, que otro que viva justo enfrente. A los dos colegios más alejados dentro de un mismo distrito les separa una distancia de seis kilómetros, entre San Jerónimo y Casco Antiguo.
Educación explicó ayer que "ahora todos tendrán la misma oportunidad para acceder a cualquier colegio dentro de cada zona", y aseguró que no espera que estos cambios compliquen la escolarización en marzo, porque "en principio no tiene sentido que un niño de Ciudad Jardín se vaya a estudiar a Nervión".
Sin embargo, eso es justo lo que pasa cuando se trata de algunos colegios concertados en Sevilla. Al abrir la oferta a todo el distrito escolar en igualdad de condiciones, también la competencia será mayor en esos colegios concertados. Si ahora, centros como el Portaceli, el Buen Pastor, el Sagrada Familia o Las Esclavas dejan en lista de espera a cientos de familias aspirantes por falta de plazas, en marzo la competencia será mayor, ya que todos estarán igualados a puntos por domicilio familiar. El desempate se producirá por otros criterios -el número de hermanos en el colegio, la estructura de la familia, la renta-.
Por lo demás, las 11 macrozonas escolares no cambiarán su estructura demasiado, respecto al curso pasado. Sólo la zona de Heliópolis-Bermejales-Tiro de Línea, que estrecha sus límites y pierde un colegio concertado, el Santa María, a favor de la zona colindante, Bellavista, que es el único centro concertado que tiene.
Hasta ahora, si el colegio que querían para su hijo estaba dentro de su distrito escolar, la familia lograba seis puntos, si además estaba dentro de la subzona, obtenía diez. Las subzonas acotaban las distancias entre los colegios y las casas, y daban prioridad. El único distrito que no tenía subzonas era Triana-Los Remedios, y era uno de los más problemáticos, porque la zona abarcaba toda la Cartuja, y sus 25.000 empleados, y porque en Los Remedios no hay colegios públicos, y los niños tenían que irse a Triana.
El delegado de Educación en Sevilla, Jaime Mougan, prefirió ayer no entrar a valorar su propuesta. El nuevo mapa escolar de Sevilla supone un giro brusco en los planteamientos que Mougan explicó a este periódico hace un año, cuando adelantó que su departamento estudiaba modificar las zonas de escolarización porque eran "demasiado grandes".
"Siempre hemos sabido que la zonificación era demasiado grande. Quizá este año, con los problemas de falsificación del domicilio familiar, hemos sido más conscientes", dijo Mougan en la entrevista. El delegado barajaba entonces rediseñar el mapa escolar, pero la estrategia y sus argumentos eran justo los contrarios a los de ahora. "Los chicos del Cerro no van a Nervión y los de Nervión no van al Cerro, aunque compartan la misma zona. No tiene sentido que cambien de barrio para ir a la escuela que está más lejos. Lo lógico es que no tarden más de 10 minutos en llegar a clase. Plantearemos subzonas más pequeñas para acortar el madrugón de los pequeños y facilitar a los padres que les lleven al cole", explicó.
El mapa de Sevilla es muy irregular. Tiene zonas inmensas con pocos colegios y zonas pequeñas con muchísimos. La ley obliga a ofertar centros públicos y concertados en todas las zonas, pero algunas tienen muchos, y otras sólo uno. Cuando se pensaban hacer zonas más pequeñas, Mougan planteó que "de no haber plazas suficientemente cercanas, se habilitaría una unidad más en algún colegio próximo antes de mandar al niño a un centro alejado". El curso pasado, había plazas suficientemente cercanas, por ejemplo en Nervión, pero los padres no las querían. Preferían alejarse de su casa para llevar a su hijo a un concertado. Quizá eso explique los cambios.