Aprender matemáticas, biología, geología, física, química o tecnología... jugando. Las clases de ciencias fueron diferentes ayer en el Instituto Nervión. La tabla periódica, la tiza o la pizarra (incluso el profesor) dejaron paso a experimentos de toda índole comandados por los alumnos.
Tanto el vestíbulo como el patio interior del Instituto Nervión amanecieron ayer repletos de expositores relacionados con las ciencias de la naturaleza. En ellos, los alumnos se erigieron por un día como investigadores profesionales, desarrollando sus propios experimentos.
En su tercera edición, la feria estaba dividida en varios departamentos, según la disciplina en cuestión. De este modo, los alumnos de primero de ESO trataban de averiguar en el área de química la densidad de diversos líquidos, aprendiendo, por ejemplo, que al mezclar miel y aceite, la primera sustancia queda depositada en la base de su recipiente.
Otra de las pruebas consistía en introducir un vaso rebosante de aceite de oliva en un bol atestado de alcohol, comprobando que el vaso de aceite permanecía en el fondo con todo su contenido. A continuación añadían agua, ascendiendo el aceite hacia la superficie ante su sorpresa. A la conclusión de la prueba, Lola, profesora de química, aplaudía el interés que sus alumnos estaban mostrando por la iniciativa: "Han venido incluso a preparar sus experimentos por la tarde, fuera del horario escolar".
Mientras tanto, Paula y Judit también del primer curso de Secundaria, trataban de demostrar la capacidad de absorción de los pañales y las compresas al más puro estilo anuncio televisivo. Tras derramar agua tintada de color azul sobre una compresa, rajaban su primera capa de poliacrilato de sodio, permeable, para obtener las moléculas sintéticas absorbentes que no lograban traspasar la siguiente lámina, gelatinosas al tacto.
En los expositores de matemáticas, varios estudiantes de cuarto de ESO sorprendían a los curiosos con juegos aritméticos. Dándoses a conocer como matemagos, adivinaban el número de calzado o de DNI de los visitantes por medio de operaciones con números.
Uno de los experimentos más llamativos pertenecía también a este departamento. Serafín tomaba las medidas de los asistentes (también de sus orejas) para compararlas, posteriormente, con las de famosos como Beyoncé Knowles o Fernando Alonso, de modo que aquéllos que más se parecieran según las estadísticas a los personajes propuestos, serían coronados con el galardón de mister y miss del concurso.
Esta iniciativa se lleva a cabo anualmente, alternando su sede entre el Instituto Nervión y la Isla de la Cartuja, donde se lleva a los estudiantes a mostrar sus experimentos a la Feria de las Ciencias.
La muestra recibe, además, la visita de otros centros cercanos. Y es que la ciencia también es cosa de niños.