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La cifra de muertos por el terremoto asciende ya a 250

La tierra sigue temblando en Italia después de que el lunes un potente terremoto asolara la región de Los Abruzos. Berlusconi actualizó ayer la cifra de muertos, que ya supera los 250. 17.000 vecinos de la región durmieron ayer a la intemperie y los heridos rondan el millar de personas.

el 16 sep 2009 / 01:04 h.

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La tierra sigue temblando en Italia después de que el lunes un potente terremoto asolara la región de Los Abruzos. Berlusconi actualizó ayer la cifra de muertos, que ya supera los 250. 17.000 vecinos de la región durmieron ayer a la intemperie y los heridos rondan el millar de personas.

Tres réplicas, una de gran violencia de 5, 3 grados en la escala Richter, y otras dos menores, 3,6 y 4,7, volvieron a sembrar ayer el pánico entre los vecinos de L'Aquila, la capital de Los Abruzos, que siguen esperando que el suelo deje de moverse para volver a lo que resta de sus casas e intentar recuperar sus pertenencias. La incertidumbre que sigue presente en L'Aquila, adonde el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió a desplazarse para comprobar de primera mano el estado de las casas, dificulta unas tareas de desescombro que ya el lunes se vieron afectadas por la lluvia que cayó sobre la zona.

Después de la jornada de ayer, en la que el baile de cifras de muertos fue constante, Berlusconi se apresuró ayer a ofrecer un balance oficial de víctimas en una rueda de prensa en L'Aquila: 228 muertos, de los que 18 aún están sin identificar.

De entre los escombros a los que ha quedado reducida la capital han sido rescatados con vida 150 personas, 15 están desaparecidas y alrededor de un millar se encuentran heridas. Dada la excepcionalidad de la situación que vive la región central italiana, con un estado de emergencia decretado por el Gobierno del país y con un suelo que no deja de temblar -de hecho lo viene haciendo desde hace unos meses-, el primer ministro aconsejó ayer a la población que no regrese a sus casas todavía. "Son posibles otros temblores, por eso se da el mensaje a la población de no entrar en sus casas", dijo Berlusconi minutos después de que se produjeran las réplicas. En un país en el que poco a poco se va asumiendo la magnitud de la tragedia, que deja continuas imágenes en los medios de comunicación de cuerpos sin vida sacados de las ruinas de los edificios, también adquieren protagonismo los supervivientes, las historias de quienes consiguen salir vivos de entre los escombros.

Entre ellas figura María D'Antuono, quien a sus 98 años de edad fue encontrada con vida después de pasar 30 horas en su cama esperando a que alguien fuera a rescatarla a su casa de la localidad de Tempera.

En cuanto a los ofrecimientos de ayuda internacional, Berlusconi la rechazó:"Agradecemos a los países extranjeros su solidaridad, pero les invitamos a no enviar aquí sus ayudas. Estamos en disposición de responder solos a las exigencias, somos un pueblo valiente y de bienestar y se lo agradezco, pero nos bastamos por nosotros mismos". El primer ministro anunció la instalación de más tiendas de campaña para que los evacuados se protejan de la lluvia que se espera caiga en las próximas horas. 20 nuevas instalaciones serán habilitadas, con 2.416 tiendas de campaña con capacidad para 14.500 personas y en las que se pondrán en funcionamiento además 16 cocinas de campaña para proporcionar comida caliente a los 17.000 evacuados.

A la tragedia humana se suma también la artística, ya que edificios de alto valor cultural como la Fortaleza Española, la basílica de Santa María di Collemaggio o la catedral de L'Aquila, que contiene pinturas de los siglos XVII y XVIII, han sufrido desperfectos.

devastación. En algunas zonas de la región de Los Abruzos, los daños son irreparables. Es el caso del pequeño pueblo de Onna, el más afectado por el terremoto que el lunes mató a 40 de sus 350 habitantes, el 11% de la población, según informan los medios locales. Las imágenes del pueblo después del seísmo lo muestran completamente reducido a escombros y sus habitantes ni siquiera han podido acceder a los servicios y medios ofrecidos por las fuerzas de rescate en poblaciones más grandes, como L'Aquila. Según los expertos, una mejor aplicación de las medidas antisísmicas en la construcción de los edificios habría evitado derrumbes.

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