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La ciudad recuperará por fin Santa Clara

Si las previsiones no se tuercen una vez más, y no tiene porqué ser así, el próximo año Sevilla ganará para sus ciudadanos uno de los edificios de mayor valor histórico de la urbe hispalense: el convento de Santa Clara. Después de ocho años de una restauración...

el 16 sep 2009 / 05:25 h.

Si las previsiones no se tuercen una vez más, y no tiene porqué ser así, el próximo año Sevilla ganará para sus ciudadanos uno de los edificios de mayor valor histórico de la urbe hispalense: el convento de Santa Clara. Después de ocho años de una restauración costosa y compleja, este edificio de origen almohade y sobre el que se construyó el palacio de Don Fadrique volverá a abrirse. Ya no como en su último uso de cobijo del convento de las Clarisas, sino como sede de una especie de contenedor o factoría cultural que quiere montar allí el Ayuntamiento de Sevilla. Lo primero de todo es celebrar la futura apertura de un inmueble de su magnitud: casi 12.000 metros cuadrados en los que conviven rastros de la Sevilla islámica y de la renacentista en pleno barrio de San Lorenzo. La inmensa mayoría de los sevillanos desconoce el valor de sus claustros y su rico legado patrimonial y el solo hecho de que vaya a ser un espacio abierto para todos contribuirá a su recuperación y disfrute público. En cuanto a su futura utilización, se percibe una cierta indefinición del proyecto, acrecentada por el llamamiento de la delegada de Cultura, Maribel Montaño, a que sus contenidos sean debatidos y decididos por los ciudadanos. Su intención es loable, pero habría que tener un cuidado especial en no considerar Santa Clara una especie de centro cívico o contenedor cultural al que haya que dotar de cuantos más usos mejor. El antiguo convento ya no albergará el Museo de la Ciudad ni, en exclusiva, la Casa de los Poetas, pero sí que tiene ya decididos nueve inquilinos, entre ellos el Centro de Músicas Históricas, el Festival de Música Antigua de Sevilla, la Orquesta Barroca de Sevilla, el archivo de Cansinos Assens y la residencia de la Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla. Si con ellos se contribuye a dinamizar este espacio cultural dándole vida y presencia, habrá que dar por buena la propuesta, pero sin que se olvide que Santa Clara no se puede compartimentar en exceso, pues se correría el riesgo de convertirlo en un edificio de oficinas un inmueble de una categoría excepcional.

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