La Plaza de España de Sevilla, uno de los iconos de la Exposición Universal de 1929, se reinaugura este fin de semana tras dos años de rehabilitación como un nuevo espacio unido al parque de María Luisa, tal y como lo concibió hace 80 años el arquitecto Aníbal González.
Un concierto de la Orquesta Sinfónica de Sevilla y un espectáculo de luz y sonido dieron ayer por la tarde el pistoletazo de salida a los actos de inauguración de la remodelada explanada. Esta celebración culminará hoy con el acto institucional en el que participarán el vicepresidente tercero del Gobierno de la Nación, Manuel Chaves, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), entre otras autoridades.Y es que la plaza vuelve a recobrar su esplendor, con sus balaustradas, sus azulejos trianeros y la fuente que corona el centro de uno de los monumentos más visitados de la ciudad.
Del mismo modo, se recupera una ría en la que volverán a surcar sus aguas las barcas de remo desaparecidas hace dos décadas en las que tantas parejas se inmortalizaron y en las que tantas familias disfrutaron de la navegación. De este modo, la ría deja de estar seca y sus aguas pasan ya por sus cuatro puentes que simbolizan los antiguos cuatro reinos de España. Eso sí, para contribuir a una mayor salubridad en este inmenso estanque se ha construido una estación de tratamiento y se han instalado 900 metros de tuberías de saneamiento, 50 pozos y 66 imbornales. Como se trata de aplicar políticas sostenibles, el agua de la ría, una vez depurada por este sistema, será reutilizada y servirá, además de para el riego y baldeo de todo el entorno, para la vegetación del parque e incluso del centro.
Para reproducir el monumento tal y como lo concibió el célebre arquitecto de Sevilla, cuyas creaciones están plasmadas en muchos edificios de la capital hispalense, si bien ésta es una de las más emblemáticas, se han recuperado las farolas cerámicas. Son en concreto 20 farolas que jalonan la balaustrada frontal de la plaza. También se han restaurado 22 bancos, detalles del pavimento perimetral y 270 metros de la balaustrada de mármol. Para todo ello, los responsables de estos trabajos se han basado en fotografías, postales y grabados de la hemeroteca municipal.
Con un coste de unos nueve millones de euros, el Ayuntamiento de Sevilla pretende, con esta inauguración, dar un impulso importante para esta parte “olvidada” de Sevilla de cara al turismo, en palabras del edil de Urbanismo y coordinador del proyecto de rehabilitación integral del monumento, Manuel Rey.
En cualquier caso, el Ayuntamiento de Sevilla pretende culminar el proyecto global con la inauguración de un monumento a Aníbal González en posteriores fechas, para darle relevancia en un evento aparte que no coincida con la puesta de largo este fin de semana de este escenario único para el ocio y el esparcimiento, así como para el turismo.
Con la construcción de este monumento, que tiene forma semicircular y unos 200 metros de diámetro, el arquitecto quiso simbolizar el abrazo de España y sus antiguas colonias mirando hacia el río Guadalquivir como camino a seguir hacia América. Desde ahora, este monumento y el María Luisa también estarán abrazados, tal y como él lo concibió, al haberse recuperado la conexión, libre de coches, entre estos dos emblemáticos espacios de la ciudad.
El fleco pendiente que queda en medio de esta celebración es la vigilancia de esta plaza, donde precisamente el vandalismo, más que el paso del tiempo, fue causa de su progresivo deterioro. La Subdelegación del Gobierno en Sevilla y la Dirección General de Patrimonio de la Junta de Andalucía trabajan en la creación de una entidad de conservación de un espacio condenado al olvido durante muchos años por la descoordinación entre las administraciones de las que depende.