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La coartada perfecta para un equipo lleno de imperfecciones

LA CONTRACRÓNICA. Mientras esté Unai Emery todo el mundo tendrá claro por qué no juega bien el Sevilla. Otra cosa es que no deje de ser más que una teoría por refrendar la temporada que viene.

el 21 feb 2014 / 01:33 h.

Imagen ATLÉTICO-SEVILLA 13-14[2]Será difícil por no decir imposible que Unai Emery renueve en junio con el Sevilla. Llegará otro preparador conminado a sacar a flote la calidad presumible de una plantilla que el vasco lastra con sus decisiones o sus no decisiones. Es un discurso extendido en torno a Unai, por dentro y por fuera. Partidos como el de ayer, el séptimo en el que el Sevilla no logra la victoria de forma consecutiva, ayudan a aliñar esa teoría. No deja de ser eso, una teoría. Más que por el resultado, que no deja de ser bueno en la competición europea, por las sensaciones. Seis meses después, el Sevilla se deshilvana con una facilidad propia de la pretemporada. Entonces, la explicación era obvia, trece fichajes después. Ahora la coartada tiene la misma credibilidad que el reinado en Escocia de la Duquesa de Alba. ¿Pero solo es a Emery al que no le aguanta el discurso? Ayer volvió a repetir aquello de que ‘seguimos trabajando para lograr el equilibrio, para que la capacidad para generar ocasiones no redunde en las facilidades que tiene el rival ante nuestra portería’. Es el Día de la Marmota. Coartada en el entrenador tiene la plantilla, y hasta el club, que la configuró. Mientras esté Unai nadie dudará de que Nico Pareja es un central extraordinario, el que llevaba años buscando el Sevilla, contundente, eficaz, rápido, difícil de superar. Serán baratos los tres millones de euros que habrá que pagar en junio, porque el Dinamo de Moscú está deseando recuperarlo. Unai también hace que Navarro se descoloque y ceda su carril para la proyección del lateral contrario; y Carriço y Cristóforo sostendrían al  equipo en el eje como bastiones infranqueables, de no ser por Unai; Marin, sin balón, llevaría un defensa dentro, aunque con otro, no se tendrá que preocupar siquiera, sea Juande Ramos o Joaquín Caparrós, seguro que no; y Gameiro las enchufará incluso con la pierna izquierda, pero es que está Unai, y así no hay manera. Ivan Rakitic es el único inmune al virus. Juega siempre bien, y por eso va a renovar antes de que lo fiche algún equipo con necesidad de contar con uno de los mejores jugadores de Europa. Y cuando no esté, tampoco estará Unai, y entonces, ya no habrá coartada ni excusa para nadie, ni en el césped ni el palco del Sánchez-Pizjuán.

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