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La comisaría de La Ranilla sigue parada tras cuatro meses

Las discrepancias entre distintas delegaciones del Consistorio bloquean una obra casi terminada.

el 12 oct 2010 / 17:41 h.

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El edificio de la nueva comisaría, casi terminado.

Las obras iban en plazo y no se habían producido desviaciones presupuestarias. Todo marchaba bien para inaugurarlo en noviembre, pero la nueva sede de las delegaciones de Convivencia y Seguridad y Movilidad en la antigua cárcel de la Ranilla lleva cuatro meses parada por discrepancias entre ambas áreas municipales. En medio, Urbanismo tampoco pone luz en este conflicto.

Hace ya ocho meses que el Ayuntamiento decidió rediseñar la distribución de los espacios del edificio y aún se está a la espera de los trámites administrativos que permitan acabar el trabajo. Así lo denuncia el arquitecto Rafael Aguilar Cazorla, miembro del estudio Alminar, quien criticó que el trabajo no está acabado por la falta de gestión administrativa. "Nadie firma el papeleo, es un caos. Todo está en la mesa de los funcionarios, ninguna delegación coge el toro por los cuernos", lamentó el arquitecto, que ya sufrió dos recortes anteriores antes de iniciar las obras (ejecutadas por la UTE Detea-Aldesa).

Lo cierto es que el origen del problema y del cambio en el diseño de interior del edificio es la decisión a última hora de que la sala de control no podía ser compartida por tráfico y seguridad. Cada delegación debía tener la suya, y el arquitecto ejecutó la modificación, estimada en más de 2,5 millones de euros extras.

El presupuesto inicial era de 17.451.996 euros y el plazo de ejecución de las obras, de 21 meses.

Mientras las delegaciones se ponen de acuerdo y ultiman la tramitación administrativa, el edificio está cerrado, prácticamente terminado, y los policías locales siguen en pésimas condiciones en la Cartuja.

Ni Urbanismo ni la Delegación municipal de Seguridad y Convivencia supieron explicar a esta redacción por qué no continúa la obra ni cuándo se reanudará ésta, lo que para el arquitecto es "algo que no se entiende".

Incluso el Partido Popular consideró que se trata de "un error político, de descoordinación entre áreas". "Han hecho encargos de obras a sabiendas de que no han tramitado las modificaciones, por lo que ahora hay que hacerlo", aseguró el portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento, Francisco Pérez, este verano. Para los populares, es "una guerra de despachos".

Los trabajos iban en plazo, de ahí que el pasado mes de marzo el Ayuntamiento invitase a la prensa a una visita a las obras, que llevaban un mes de adelanto. Ya entonces la parte exterior del edificio estaba terminada, como recalca el arquitecto, molesto porque su trabajo no pueda concluir por culpa de la burocracia municipal.

El Consistorio aplicó el tijeretazo hasta en dos ocasiones al edificio, que en principio iba a contar con una torre de ocho plantas y contaría con una inversión de 26 millones de euros.

Tras una serie de quejas de las asociaciones de vecinos del barrio (porque esa altura no casaba con lo recogido en el Plan de Ordenación Urbana para la zona), el Ayuntamiento obligó a cambiar el proyecto para hacer un edificio de tres plantas cuyo presupuesto bajaba a los 17 millones.

Estos recortes obligaron a dejar fuera algunas de las instalaciones previstas en un principio, como la escuela de la Policía, que será ubicada finalmente en Pino Montano, en un solar situado frente al asentamiento chabolista del Vacie.
Lo que sí sigue adelante es la obra del parque de la Ranilla, una histórica reivindicación vecinal, así como la del centro cívico.

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