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La compañía como terapia

Un grupo de voluntarios visita a los pacientes de las UCI de El Valme y Macarena.

el 09 jul 2011 / 18:03 h.

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El personal de la Unidad de Cuidados Intensivos de Valme junto a los voluntarios Pablo Valladares (de verde) y Francisco Pavón (a su izquierda).

La compañía es vital para las personas que se encuentran ingresadas en la UCI de cualquier hospital. Si a ello le sumamos que el acompañante superó con éxito la enfermedad que aqueja al paciente, los resultados pueden ser altamente esperanzadores.

El Hospital Universitario Virgen de Valme, en Bellavista, implantó a principios de junio un programa de voluntariado en su Unidad de Cuidados Intensivos protagonizado por anteriores pacientes. El objetivo de esta novedosa iniciativa es ayudar a las personas ingresadas en este dispositivo a superar su enfermedad, con apoyo psicológico y emocional, como estrategia de participación ciudadana para la humanización asistencial.

El grupo está formado por un total de 22 voluntarios procedentes de las asociaciones de pacientes cardíacos del área hospitalaria de Valme y también de ciudadanos que fueron asistidos en la UCI de este centro. Las visitas las realizan durante la mañana, a razón de dos días por semana: martes y jueves.

Aunque aún es pronto para ver los resultados del programa, para la supervisora de la unidad, Lola Fernández, "basta con ver la cara de satisfacción de los pacientes encamados". En su opinión, la labor que realizan estos voluntarios "es dura, pero necesaria", por eso cuenta que "hay que estar también apoyándolos a ellos, pues algunos acaban entre lágrimas por las situaciones que se viven en esta planta".

Dos de ellos son Pablo Valladares y Francisco Pavón, que pertenecen a la plataforma de El Viso del Alcor. Ambos tienen algún que otro antecedente en su historial médico y, sin embargo, acuden semana tras semana al hospital de Valme para intentar animar a personas que ahora se encuentran en situaciones que ellos ya superaron.

Pablo, por ejemplo, ha sufrido cuatro infartos y sabe bien lo que supone estar ingresando en una UCI. Decidió formar parte de este voluntariado cuando se encontraba ingresado en el hospital Macarena, porque "allí tenían un programa parecido y recuerdo lo agradable que eran este tipo de visitas". Ahora que ejerce de padrino de otros, esboza una sonrisa al recordar a los pacientes que se acuerdan de lo que ha hecho por ellos, "incluso cuando sólo he ido a verlos dos veces". El jefe del bloque de Cuidados Críticos y Urgencias del Valme, Antonio Castro, confía plenamente en el voluntariado. "Me parece una idea magnífica no sólo para los pacientes, sino también para sus familiares", señala el facultativo, que explica que "los más cercanos al enfermo suelen estar sometidos a mucho estrés, por eso nuestro objetivo es dar apoyo también a estas personas".

Para Castro, que lleva 36 años en la profesión, este tipo de iniciativas demuestran la "impresionante" evolución que ha tenido la medicina en España. "Antes se usaban técnicas muy agresivas, pero ahora tratamos a cada persona individualmente".

Por fortuna, las buenas intenciones de enfermeras, médicos y voluntarios del Valme no quedan de paredes adentro. "Nuestro proyecto es ambicioso y no acaba en el hospital. Tenemos previsto hacer las visitas también en los domicilios, pero vamos a ir paso a paso", cuenta Lola Fernández, que pertenecía al grupo de seis enfermeras que comenzaron hace ya dos años a organizarse para llevar a cabo el programa de voluntariado.

Una iniciativa que parece haberse contagiado a otros hospitales. El 30 de junio, los gestores del hospital Virgen Macarena subscribieron dos convenios de colaboración con la Asociación Libre y la Asociación Sevillana de Ictus para crear grupos de apoyo a pacientes y familiares, protocolos de actuación y programas de ayuda. Estos programas tendrán como objetivo principal la atención al paciente y a sus familiares, promocionando toda clase de acciones y ofreciendo información destinada a mejorar la situación de las personas afectadas en el centro.

Los acuerdos tanto del Valme como del Macarena se enmarcan dentro del Plan Andaluz de Salud, que considera la participación ciudadana fundamental para la promoción y el fomento del apoyo social. Traducido, esto quiere decir que las personas compartirán más emociones, experiencias y anhelos cuando tengan que pasar por el trance de estar ingresados en un hospital.

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