El Teatro Central celebra este jueves 15 años de vida con una auténtica fiesta antillana en la que todos podrán participar directamente del baile y la música de la mano de la compañía Difé Kako.
En las Antillas, las veladas danzantes antillanas, las llamadas «zuk», son siempre protagonistas. Estas reuniones, cuya popularidad fuera de su espacio original va siempre en aumento, se remontan a los tiempos de la esclavitud. Para los Nèg marrons (esclavos emancipados) eran la ocasión de reencuentros en bodas, durante los días de la paga y otras fiestas; pero también con ocasión de los duelos.
En Guadalupe, estas manifestaciones se llamaban comúnmente 'léwoz', y reunían en una atmósfera familiar a la orquesta gwoka, formada por tambuyé (percusionistas de tambor, acompañantes), el chantè (solista vocal, cantante) y los dansè (bailarines).
Paralelamente se desarrolla el quadrille, danza de sociedad ejecutada de preferencia por los más ancianos. El quadrille es una herencia de ciertos movimientos ondulantes de brazos y tacones en punta enseñados por los misioneros a los esclavos para controlar sus tendencias voluptuosas.
Bajo la influencia de las formaciones musicales del Caribe y de orquestas de colonos, ha surgido todo un florilegio de orquestas antillanas. Las Antillas han sabido "criollizar" estas diversas influencias (supervivencias bekés y aportaciones externas). De ahí nacen la biguine, la mazurca, los bailes de pareja, y también la salsa y el compás. Estas danzas, construidas sobre la identidad criolla, no han cesado de evolucionar. Así lo atestigua la gran diversidad de estilos y de intérpretes que han marcado la historia de la música y de la danza afro-caribeña.
Así, para festejar su décimoquinto aniversario han invitado a la compañía Difé Kako, con su directora Chantal Loïal a la cabeza, para que participemos todos del baile y la música de Las Antillas. Una auténtica fiesta, casi carnavalesca, en la que podrán participar pequeños y mayores y que, a buen seguro dejará un recuerdo imborrable.
