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La conjura de los necios

'Usque tanden, Catalina, abutere patientia nostra?'. La frase es de las primeras que te ponían en un ejercicio de latín, cuando el latín se estudiaba, a un celebérrimo discurso del senador Cicerón contra una conjura de Lucio Sergio Catalina. '¿Hasta cuando, Catalina, abusarás de nuestra paciencia?'.

el 16 sep 2009 / 04:33 h.

'Usque tanden, Catalina, abutere patientia nostra?'. La frase es de las primeras que te ponían en un ejercicio de latín, cuando el latín se estudiaba, a un celebérrimo discurso del senador Cicerón contra una conjura de Lucio Sergio Catalina. '¿Hasta cuando, Catalina, abusarás de nuestra paciencia?'.

Alguien tendrá que decírselo alguna vez a la mayoría de los munícipes de cada una de las fuerzas políticas que, pleno tras pleno, parecen conjurados en lanzar invectivas y bravuconadas sin sentido al adversario, tópicos y lugares comunes con el consiguiente aburrimiento del exiguo público asistente, generalmente interesado sólo en alguno de los puntos del orden del día.

¿Que ciudadano normal puede resistir esos happenings de necios, llenos de desahogos con visos de terapia de grupo en los que, al final, no se sabe cuales son las propuestas defendidas o atacadas, importan muy poco los argumentos en uno u otro sentido y pasa desapercibida la votación?

Los ayuntamientos son instituciones ciudadanas muy antiguas, una parte del edificio que alberga el sevillano soporta el peso de medio milenio. Es una pena que ya no se estudie latín porque los que lo construyeron dejaron desde el principio patentes las reglas por las que debían regirse.

De todas formas tampoco parece que lean -o que hagan caso de lo que leen- ni sus propias publicaciones. En el último número de su revista "Apuntes del Alcázar de Sevilla" y en el artículo que trata de la restauración de la Sala Capitular vienen traducidas las inscripciones grabadas en sus piedras.

Una de ellas pertenece a la obra en la que Salustio trataba de aquella conjura y dice: "quienes deliberan de asuntos controvertidos han de estar libres de odio, ira, amistad o compasión; el espíritu no discierne fácilmente la verdad cuando tales pasiones lo impiden".

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