La lucha de estas siete familias sin recursos realojadas en un bloque de pisos de la calle Evangelista recogía los primeros frutos y, sin proponérselo, protagonizaba a la vez la "gran conquista" del movimiento ciudadano que, apoyado por el 15M, reclama el derecho a una vivienda digna y denuncia las carencias de unas políticas que permiten que haya miles de personas sin techo y miles de viviendas deshabitadas.
La Corrala Libertad había regularizado su situación. La noticia llenaba de ilusión otras corralas de Sevilla. Constituida en cooperativa de vivienda, la de Triana había logrado firmar un acuerdo con la propiedad para asumir "un alquiler social" por el uso y disfrute del edificio entero. Para explicar todos los detalles del contrato se convocó ayer una rueda de prensa en el Centro Vecinal del Pumarejo, donde se reunieron representantes del 15M, la Intercomisión de Vivienda de Sevilla, el grupo 17 de Marzo (que presta asesoramiento jurídico a cuatro de las corralas sevillanas), y miembros de las familias afectadas. Todos coincidieron en resaltar la importancia de esta "experiencia piloto", que esperan, "cree precedente" y se exporte a otros casos de "problemas de vivienda" para que todos tengan acceso a este "derecho social".
En el caso de la Corrala Libertad , el contrato de arrendamiento contempla el alquiler del edificio completo -siete viviendas y un local- a la citada cooperativa "por 600 euros al mes" durante un año, prorrogable a cinco. Eso sí, las familias implicadas pagarán "en función de los metros que habiten y de sus posibilidades económicas", según portavoces del 15M. De momento, habrá "dos meses de carencias", es decir, libre de mensualidad, para suplir los posibles desperfectos del inmueble. Su regularización conlleva también la contratación de los suministros de luz y agua.
En este punto, Carmen insistió en recordar sus deseos: "Siempre hemos dicho que queremos una vivienda pagando un alquiler asequible a nuestros ingresos. No queremos vivir de gratis". Paco, su esposo, fue más allá e hizo un llamamiento a "cualquier persona que esté en situación de urgencia" a que se organice o agrupe, pues, "con esto queda demostrado que sí se puede". A lo que añadió convencido que "hoy desde la política no nos va a ayudar nadie".
Quizá por ello Manuela se alegraba tanto como si fuera su propia corrala. "Me alegro que al menos una haya salido adelante", se sinceró esta inquilina del primer edificio ocupado en la capital, el de San Lázaro, que llevan "ocho meses sin luz ni agua". También los colectivos implicados en defender las corralas estaban eufóricos con este avance. "No nos podíamos figurar un resultado tan favorable y feliz", decía Enrique Yrazustra, portavoz del grupo 17 de Marzo, que celebró que "la dueña del edificio [por el de Triana] se ha dado cuenta de que compartimos un único enemigo: la banca". -->-->-->