Economía

La Consejería concluye que el ‘súper’ no abusa de los freseros

El beneficio se distribuye aunque el precio se doble del campo a la tienda

el 27 feb 2011 / 21:49 h.

Invernadero de fresa en el municipio de Cartaya.

No hay nada mejor que informes para calibrar si tienen razón o no las organizaciones agrarias cuando se quejan de las presiones que ejerce la distribución comercial sobre los precios agrarios. La Consejería de Agricultura los está realizando (también el ministerio del ramo) y el último atañe a la fresa. ¿Hay abusos? El estudio sentencia: No.

Tres conclusiones principales. La primera, que "no se observan distorsiones" en la fijación de los precios en los distintos eslabones comerciales. La segunda, que "no se detecta un beneficio excesivo" por parte de ningún operador. Y la última -y esto es importante-, que el beneficio "es mayor" en las tiendas tradicionales (por ejemplo, fruterías) que en los supermercados a pesar de que en éstos el precio es mayor, algo que se explica, según el informe, porque la distribución moderna tiene unos costes más elevados.

El estudio sobre la cadena de valor de la fresa onubense analiza la campaña 2008-2009, cuando se recogieron en la provincia 249.410 toneladas, de las que casi el 80% se comercializó en fresco -el resto de la cosecha fue destinado a la industria-. Separa, asimismo, las tiendas tradicionales de la venta realizada a través de los súper, para, así, constatar si las grandes empresas ejercen tal presión.

Veamos primero cómo se comportaron las fruterías. Así, el productor recibió por su cultivo 1,01 euros por kilo, con un margen de beneficio del 6%. El precio a la salida de la cooperativa se situó en 1,34 euros. Éste se elevó a los 1,54 euros al pasar por la central mayorista, que obtuvo, en función de sus costes, una ganancia de cinco céntimos por kilogramo. Y por último, en la tienda tradicional se vendió a 2,15, con un beneficio de 0,38 euros. Se trata siempre de cotizaciones sin aplicar el IVA, aclara el informe.

Por cada kilo, el agricultor registra unos costes de 0,88 euros, de 0,33 la cooperativa, de 0,15 el mayorista y de 0,23 la frutería. En cuanto a la ganancia, el margen comercial es del 6% para el agricultor, del 2% para el mayorista y del 18% para la tienda. Es decir, el resultado neto más abultado es el que corresponde a la frutería -la venta de fresa apenas absorbe un 2,3% de su volumen de facturación-. Mientras, en la configuración del precio final (2,15 euros sin IVA) el 74% lo acaparan los costes -el principal es el de producción- y el 26% restante es ganancia de quienes intervienen en todas las fases previas. Y ésta se reparte sin injusticias.

En este sentido, hay que tener en cuenta las mermas, concepto que el público en general no toma en consideración, y que acapara el 11% de todos los costes. Fresa dañada, fresa que no vale para la comercialización en fresco y suma pérdidas.

¿Y se repercuten las subidas y las bajadas de precios? El estudio señala que sí, aunque observa una mayor brecha al establecer la relación entre el mayorista (es decir, el merca) y la tienda de venta tradicional.

Al abordar los canales de distribución comercial más modernos, los autores advierten de que la crisis económica ha acentuado la "guerra de precios", de manera que los precios de la fresa en los supermercados se recortaron en la campaña analizada un 10% respecto a la precedente.

Partimos de que el productor sigue cobrando lo mismo con un súper que con la frutería, esto es, 1,01 euros por kilo. La cotización de salida de la cooperativa se incrementa a 1,53 euros, a 1,77 tras pasar por la plataforma o central hortofrutícola y a 2,23 euros al comercializarse al público en un establecimiento.

En este caso, el beneficio es del 6% para el agricultor y la mitad, el 3%, para la tienda. ¿Tan poco? Sí porque, indica el informe, "los costes que se generan en esa distribución de la fresa hasta que es vendida en el súper ascienden al 91% del precio de venta al público sin IVA". Cabe recordar que las centrales o plataformas suelen ser propiedad de los supermercados. Las mermas, por otra parte, suponen el 7% de los gastos.

En este caso, los costes de más envergadura son los del cultivo y los del transporte hasta el punto de venta de la mercancía. Los supermercados, recuerdan los autores, mueven grandes volúmenes "con un margen [de beneficio] reducido, mientras que una tienda tradicional [la frutería] vende pequeños volúmenes con un margen unitario mayor". En cambio, en este último caso existe un eslabón más: el intermediario, mayorista o merca.

Conclusión. No hay abuso de las cadenas comerciales al vender la fresa, por mucho que ésta valga en el campo 1,01 euros y el doble (2,23) en el supermercado.

Las claves

La denuncia. El informe sobre la fresa se enmarca en las denuncias de que las cadenas de distribución abusan del agricultor.

El antecedente. El informe sobre la fresa se añade a los realizados por el Ministerio sobre la leche y los cítricos. Decían que tampoco había abusos.

El beneficio. En el caso del informe de la fresa, concluye que el margen de beneficio de una frutería es mayor que el del súper.

El precio. En cambio, el precio de venta de la fresa onubense en las fruterías es mayor que en los supermercados.

El reparto. El estudio señala que aunque el precio de venta se doble del campo a la mesa, hay que tener en cuenta todos los coste.

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