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La contracrónica: Será lo que los béticos quieran...

Poco después del último gran éxito del Betis de Lopera (la Copa del Rey de 2005), Lorenzo Serra Ferrer, el técnico con más mando y galones en la casa en varias décadas, retó: “El Betis será lo que quiera Lopera”. Ahora, con el Betis en Primera, ya no será lo que quiera Lopera. Debe ser lo que los béticos quieran…

el 11 may 2011 / 23:02 h.

El reto de Lorenzo Serra Ferrer, hoy confortablemente instalado en los mandos y la copropiedad del Mallorca, cobra plena vigencia, con algún pequeño cambio de registro. Pero en el fondo no es tan distinto. De aquel “el Betis será lo que quiera Lopera” que lanzó Serra, justo durante la boda de Joaquín, en El Puerto de Santa María, en 2005, y con la Copa y Lopera por testigos, puede afirmarse sin miedo al error que se ha saltado (otra vez, como siempre) a un discurso no tan parecido en los protagonistas, pero sí en el fondo de la cuestión: en Primera, el Betis será lo que los béticos quieran.

En estos tiempos de paro, quiebras, políticos a veinte duros, ruinas económicas y leyes concursales, el Betis, con todo su sentimiento, su leyenda y su Gordillo, no deja de ser una sociedad anónima deportiva. Y las leyes que controlan las sociedades anónimas deportivas no entienden de sentimientos: hasta hoy, al menos.

Para subsistir en Primera, el Betis no puede plantearse vivir del humo o de los presuntos botines (contratos televisivos, etc…) que pueda lograr en el camino de la redención. Necesita una estructura sólida y profesional, con planes, hombres, números y nombres. Vivir del sentimiento es, a estas alturas, un lujo tan prohibitivo como peligroso.

Plantear como se plantea por los seudointelectuales bético-trotskistas que “se puede hacer una plantilla de Primera a coste cero” es directamente para reír o para llorar: a elección.

El Betis está con los dos pies en Primera, en la complicada Primera 2011-12, que puede ser su sitio natural… o no serlo. Eso está por ver y dependerá, sin una sola duda, de lo que los béticos quieran y, sobre todo, de los inversores y las estructuras sólidas que se encuentren o aparezcan. Inversión y estructura.

Lástima que Serra Ferrer no ande por aquí para lanzar una de esas frases clarividentes: debe ser que en Mallorca se está demasiado bien. Sea como sea, es la única verdad: será lo que los béticos quieran.

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