La crítica situación que vive la cooperativa de la pedanía utrerana de Pinzón parece estar llegando a su fin. El motivo es que sus responsables se han propuesto crear junto a otra entidad una nueva sociedad que mantendrá la fabricación de tomate y en la que se recolocará a los empleados afectados.
Por medio del presidente, Antonio Fernández, y el gerente, Manuel Melendo, la cooperativa utrerana ha presentado ahora un convenio anticipado ante el juzgado de lo mercantil número 1 de Sevilla para resolver el concurso de acreedores en el que estaba inmersa desde hacía meses.
Este convenio, explicó Melendo, "cuenta con el apoyo de los acreedores mayoritarios", que respaldan el plan de viabilidad que se sustenta sobre varias cuestiones. La principal es la creación de una nueva sociedad formada por la cooperativa utrerana y Conservas Vegetales de Extremadura Conesa "a través de su propio dueño, el industrial Manuel Vázquez".
Según destacó el gerente de la cooperativa, ésta "seguirá manteniendo su identidad y actividades". Con la nueva sociedad, sin embargo, "se conseguirá potenciar el sector del transformado de tomate, contando con el apoyo del número uno del sector de Europa, especialmente ahora a las puertas de la nueva campaña".
Melendo aseguró, además, que "estos acuerdos posibilitarán que se efectúe la recolocación de los empleados afectados a los nuevos trabajos que se deben desempeñar".
Procedimiento. En cuanto a los trámites y plazos, la jueza debe solicitar ahora un informe a la administración concursal antes de admitir finalmente el convenio, "algo que suponemos ocurrirá pues cuenta con el apoyo de los acreedores mayoritarios". El gerente espera que dicha decisión se produzca a corto plazo, "en un mes aproximadamente".
La cooperativa de Pinzón estaba inmersa en una regulación de empleo, fruto de la situación en que se encuentra, y que afectaba a 20 trabajadores de un total de entre 30 ó 35 personas que componen la plantilla.
Actualmente, explicó el gerente de la cooperativa utrerana, "está en funcionamiento pero el nivel de trabajo es insuficiente". Y es que "debido a la sequía y a que nos han impedido sembrar cultivos de tomate -que es el que da mayor trabajo en la cooperativa, al tener la fábrica de concentrado-, ha provocado que caiga el volumen de trabajo y que no podamos emplear a toda la plantilla", matizó Melendo.
Malos tiempos. Tras las circunstancias que arrastraron a la cooperativa a este estado, según explicaron desde el comité de empresa, están "además de los años de sequía sufridos, las reformas de las OCM del algodón y del azúcar, la gran inversión efectuada para la construcción de una fábrica de transformación de tomate y la situación de crisis en el sector textil en España debido a la competencia asiática".
