La gesta copera de Getafe le ha pasado una cara factura al Betis. Cierto que podrá cobrarse parte de ella con la taquilla del Barça de dentro de diez días –salvo debacle tipo Levante en el Bernabéu–, pero perder de una tacada a Emana, Dorado y Salva Sevilla es mucho perder para un plantel como el bético, que anda cogido con alfileres y en el que Mel ha de hacer malabarismos para conjugar los intereses económicos y deportivos, a veces contrapuestos.
Ayer llegó bajo de defensas –Miguel Lopes y Belenguer también están KO– al frío e inhóspito estadio del Alcoraz, donde la SD Huesca, plagada de veteranos curtidos en mil batallas –Helguera, Marcos, Bauzá y el ex sevillista Corona superan sobradamente la treintena, a la que ya llegó también hace tiempo Paco Gallardo– ha construido su particular fortín, un recinto donde lleva más de tres meses sin conocer la derrota y en el que había empatado seis de sus siete últimos partidos, cuatro de ellos sin goles, lo que da buena idea de lo complicado que es hincarle el diente a los oscenses en su propio feudo.
En condiciones normales, las diferencias entre el autoritario lider de Segunda y el 16o clasificado de la categoría deberían ser patentes, pero este Betis plagado de bajas y canteranos llegó, además, muy justo de fuerzas por el gran derroche físico realizado el jueves en Getafe, en un choque exquisito que muy poco tuvo que ver con el de ayer.
Todo pudo haber transcurrido de foma distinta, no obstante, si a los diez minutos de partido Beñat no cruza en exceso un excelente pase interior de Isidoro, que le permitió plantarse en solitario ante las narices del meta local Andrés. El remate de Beñat –que tenía la opción de pasar a Jorge Molina, desmarcado– no fue gol por centímetros y esa fue la única ocasión clara que se generó en ambas porterías en una primera parte muy trabada y jugada con mucha intensidad y falta de ideas, sobre todo por parte verdiblanca, pues Rubén Castro y Jorge Molina apenas aparecieron en ataque y la zaga local no sufrió más sobresaltos.
Polémica tarjeta. La segunda parte arrancó con polémica, pues cuando Jorge Molina (46’) se escapaba en solitario e iba a pisar el área rival, fue derribado claramente por detrás por Luis Helguera y el árbitro sólo le mostró tarjeta amarilla cuando bien le pudo haber sacado la roja de expulsión. Luego llegó un craso error de Arzu en un pase muy arriesgado que interceptó Jokin y permitió a Camacho (52’) anotar el 1-0, aunque sólo cuatro minutos después el capitán bético compensaba su fallo anotando el 1-1 con un certero cabezazo tras un buen pase de Israel.
El carrusel de cambios –ambos técnicos agotaron los tres en los últimos veinte minutos– no deshizo la igualdad del choque, algo a lo que tambien ayudó Goitia con una buena parada ante Camacho (70’) y el colegiado gallego Amodeo Chas, que dejó sin sanción un penalti muy claro cometido sobre Ezequiel (76’), barrido por un defensa en sus narices. El Betis, con el empate, empieza a pagar la cara factura que le pasó la Copa, pues Celta y Rayo acortaron distancias. Pero ahora toca soñar con el Barça...
1 - SD. Huesca: Andrés; Molinero, Corona, Bauzá, Marcos; Helguera, Sastre (Gallardo, min. 66), Sorribas (Galán, min. 72); Jokin (Echaide, min. 66), Camacho; y Roberto.
1 - Real Betis: Goitia; Isidoro, Miki Roqué, Arzu, Nacho; Iriney, Juande (Cañas, min. 73), Beñat (Ezequiel, min. 68); Israel, Rubén Castro y Jorge Molina (Fernando Vega, min. 82).
Goles: 1-0. Min, 52: Camacho. 1-1. min, 55: Arzu. .
Árbitro: Amoedo Chas (Colegio gallego). Mostró tarjeta amarilla a los locales Sastre, Jokin, Helguera, Sorribas y Echaide y a los visitantes Nacho, Iriney y Beñat. Las tarjetas de Iriney y Beñat acarrean suspensión.
Incidencias: Unos 4.000 espectadores en El Alcoraz, con unos 300 aficionados béticos en las gradas.
