2,29 euros por kilo es un precio desconocido en los mercados de origen del aceite de oliva desde hace cuatro años y muy lejos de los más de 4,7 euros de hace dos y medio. El motivo, hay abundante producción sin vender.
Es el revés de la moneda. Frente a la generalizada tendencia al alza de los precios agrícolas, la cotización en origen -esto es, a salida de almazara- del aceite de oliva no levanta cabeza. Su mercado ha entrado en una absoluta apatía y esto comienza a preocupar a un sector al que le queda todavía mucho por vender y, sin embargo, a la vuelta de la esquina, allá por noviembre próximo, se topará con la nueva campaña de comercialización.
El sistema de precios Poolred de la Fundación del Olivar, que coteja datos de almazaras de toda la geografía española, revela un precio medio para la última semana de 2,29 euros por kilo, con 2,38 en el caso del aceite de oliva virgen extra (es el de mayor calidad), 2,31 para los vírgenes y 2,18 en el lampante (requiere pasar por refinería antes de ser envasado).
De las gráficas se extrae que la cotización media es la más reducida en al menos cuatro años, en concreto desde que se iniciara la cosecha 2004/05, y nada que ver con los récords alcanzados durante el estreno de 2006, cuando se superó con creces la barrera de los 4 euros por kilo -hubo operaciones puntuales de 4,7 euros para el aceite virgen extra-.
Sólo en lo que llevamos de año 2008, los vírgenes extra se han dejado un 13%, un 12% los vírgenes y alrededor del 15% la gama de aceites lampantes. "Estamos realmente preocupados porque los mercados no se mueven nada", comentan fuentes de la patronal agraria Asaja.
¿Qué está pasando? El organismo que centraliza en España las cifras de producción -la Agencia para el Aceite de Oliva, adscrita al Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino- revela que al cierre de mayo pasado quedaban aún en los almacenes 803.700 toneladas de aceite de oliva. Para hacerse una idea, sirvan tres referencias.
La primera, que ese volumen equivale al 65% de los 1,23 millones de toneladas arrojadas este año por los olivares españoles. La segunda, que en el mismo mes de la campaña anterior, eran 691.500 las existencias. Y tercera, que las exportaciones están retrocediendo, al igual que el consumo interno nacional. Sumadas las causas, el resultado no es otro que aceite en abundancia y sin vender.
Si en el conjunto de lo que resta de actual campaña de comercialización (el 1 de noviembre nace la nueva) se colocara en los mercados la misma cantidad que en idéntico periodo de 2007, quedarían como excedentes de enlace (lo que sobra de una cosecha y se agrega a la siguiente) en torno a 335.800 toneladas, frente a las 210.900 que dieron la bienvenida a la aún vigente. Y los pronósticos hablan de una buena producción para 2009.
