La crisis entre palestinos, lejos de llegar a una entente cordial, se enturbia con el paso de los días. El movimiento islámico Hamás arrestó ayer a cientos de activistas de su rival Al Fatah, en una redada que se produjo después de los enfrentamientos en el homenaje al malogrado líder palestino, Yaser Arafat, que se saldó con siete muertos.
El portavoz de Al Fatah en la franja de Gaza, Hazem Abu Shanab, señaló que los detenidos superan los 400, entre los que hay varios dirigentes de la formación. Varias decenas forman parte del equipo que se encargó de organizar el homenaje a Yaser Arafat en el tercer aniversario de su fallecimiento.
Las redadas fueron realizadas de madrugada y al amanecer, tan sólo horas después de los enfrentamientos armados que tuvieron lugar al concluir ese acto, que contó con cientos de miles de participantes.
"Los arrestos y la muerte de miembros de Al Fatah no cambiarán la actitud del movimiento al defender sus posiciones", afirmó Abu Shanab, que agregó que "la gran cantidad de gente que se sumó al mitin y a la huelga son una señal del gran apoyo".
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) declaró tres días de luto oficial en Cisjordania y Gaza y una jornada de paro general por orden del presidente palestino y líder de Al Fatah, Mahmud Abás.
Pese a estar controlada por Hamás, el parón comercial e institucional tuvo gran respuesta en la franja, donde la mayoría de comercios estaban cerrados y el tráfico era reducido. Además, en las ciudades de Cisjordania se convocaron acciones de repulsa por los trágicos hechos, calificados por Abás de "crimen aborrecible".
La concentración del lunes en Gaza fue declarada por Al Fatah como una "victoria" frente al ilegalizado gobierno de Hamás que preside el ex primer ministro Ismail Haniye. "La demostración de fuerza acortará el sufrimiento del pueblo palestino", manifestó Mohamed Dahlán, ex hombre fuerte de la ANP en Gaza, en alusión a Hamás.
