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La crisis baja la inmigración por primera vez en 20 años

En 2009 llegaron 45.000 extranjeros, una cifra similar a la crisis del 90, según el Ministerio de Trabajo e Inmigración.

el 27 mar 2010 / 20:27 h.

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Un inmigrante magrebí trabaja en un invernadero de El Ejido (Almería).

La crisis tiene cercados a los inmigrantes: su tasa de desempleo duplica a la de los nacionales -entre el 24 y el 35%, según los sectores- y las estrecheces revitalizan estereotipos xenófobos, ultraconservadores, que los aíslan en su comunidad de acogida. Si el proteccionismo del Estado no les llega o no de la manera que necesitan, la respuesta lógica es la de coger la maleta y emigrar de nuevo. Es lo que está sucediendo en Andalucía: por primera vez en 20 años, son más los inmigrantes que se van que los que vienen.

Según datos aportados por el Ministerio de Trabajo e Inmigración , el pasado año entraron en la comunidad unos 45.000 inmigrantes (un 10,3%), mientras que se marcharon unos 59.700 (un 11,2%). Las cifras retrotraen la situación a estadísticas propias del inicio de la gran crisis de inicios de los 90. Andalucía supera actualmente los 600.000 extranjeros -el 6% de su población total-, de los que el 53% son comunitarios.


Las causas que propician esta dispersión son "lógicas", a juicio de Miguel Pajares, autor del compendio Mercado de trabajo e inmigración, editado por el Gobierno: se han hundido sectores esenciales para los extranjeros, como la construcción y los servicios y hoy "los inmigrantes no son tomados como hace cinco años, como los que venían a resolver los desajustes del mercado laboral andaluz y español". En el resto del país, las cifras se mantienen estables. Sin embargo, la tendencia andaluza a la baja se explica por el hecho de que un elevado porcentaje de los inmigrantes, en torno al 43%, son hombres solos, que aún no han dado el paso de la reagrupación familiar, que es el proceso que ha elevado las estadísticas en otras regiones - el crecimiento anual de residentes extranjeros en 2009 fue del 12,4%-.Como media, en España la mitad de los visados que se aportan son para que los allegados (esposas, hijos, padres) puedan venir a reunirse con el cabeza de familia; en Andalucía, ese porcentaje baja al 18% y lo demás son visados para trabajo. Por eso no crece aquí el número de extranjeros, sino que mengua, porque los que ya estaban, varones maduros con la familia en su país de origen, no dan el paso de traerse a los suyos ante lo oscuro que se presenta el panorama y lo que hacen, por contra, es marcharse, pues no tienen "dinámicas familiares o sociales que cortar abruptamente". El 62% de ellos busca suerte en otras comunidades españolas, otro 18% lo hace en otros países de la UE y el resto, un 20% decide regresar a su país.


El descenso es muy acusado entre africanos (20,5 puntos menos de llegada entre 2008 y 2009) y latinoamericanos (42,1 puntos menos). Ni siquiera su nivel de estudios, apenas tres puntos por detrás del de los españoles en Secundaria y seis puntos mejor en Primaria, les ha permitido aguantar el envite. "Los inmigrantes facilitaron mejores categorías y sueldos para los españoles al admitir lo que no queríamos, pero ahora que hay poco, ellos no reciben nada".

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