En este inmenso solar, ahora cubierto de jaramagos, estaba previsto el edificio del que reproducimos la maqueta.El ambicioso proyecto arquitectónico llamado a ser el eje del progreso del Polígono Sur, dotándolo de todos los servicios que se le han hurtado durante décadas gracias un espectacular edificio de diseño, acaba de cumplir tres años completamente paralizado. La crisis económica que no se vislumbraba cuando en octubre de 2007 un enorme coliseo ganó el concurso de ideas convocado para llenar, y en varios sentidos, el enorme vacío del corazón de las Tres Mil Viviendas ha congelado el proyecto, que debía dotar al barrio de una guardería, un centro de menores, una escuela de empresas, un vivero de negocios, zonas deportivas, tiendas y, sobre todo, de atractivo suficiente para que el resto de la ciudad quisiera acudir al tantas veces temido Polígono Sur. El solar de 50.000 metros que linda con las 624 Viviendas, las 800 Viviendas y la carretera de Su Eminencia sigue luciendo tan sólo albero y rastrojos.
El arquitecto madrileño asentado en Córdoba Pedro García del Barrio, responsable del equipo que ganó el concurso, admitió a este periódico que desde que entregó el proyecto básico no se ha avanzado en ningún trámite más. La maqueta del proyecto Plaza del Sur -al que en el barrio conocen popularmente como el anillo, por su forma circular-, sigue guardada en una caja en las dependencias del Comisionado para el Polígono Sur.
El concurso nacional de ideas fue convocado a mediados de 2007 por la Empresa Pública del Suelo de Andalucía, propietaria del solar en el que debía ubicarse el edificio y responsable de la rehabilitación de edificios que se está realizando en el barrio. Se pedía mucho: había que imbricar la zona económica, con centros de formación, talleres de empleo y viveros para pequeños negocios de autoempleo; con su uso como lugar de acogida de bebés y menores -se preveía una guardería de 100 plazas y un centro de atención para niños en situación de riesgo social- y con usos lúdicos y deportivos para atraer a los vecinos. Todo ello abierto lo máximo posible al barrio.
En octubre de 2007, el proyecto vio la luz: el jurado lo eligió por su "potencia, valentía, rotundidad y optimismo". Los arquitectos habían optado, como ellos mismos explicaron, por hacer "un remolino" con todas esos requisitos, "como si los girara un huracán, para convertirlos en un anillo con una plaza central que tuviese la fuerza de un agujero negro, el poder de atraer a la gente a un lugar público". El diseño era tan asombroso como su filosofía: 10.000 metros construidos en forma anular, con un espacio vacío en el centro para zonas deportivas y de ocio, al que se accedería atravesando anchos soportales para que nunca diera la impresión de ser un lugar cerrado.
El diseño se presentó a los vecinos ese mismo mes, hace ahora tres años. "Cuando yo supe que el proyecto estaba vivo fue cuando vi que los vecinos lo acogieron", explica García del Barrio. Entonces todo eran prisas. El entonces presidente de la Junta, Manuel Chaves, había abanderado el proyecto personalmente y había dado su respaldo explícito al comisionado, Jesús Maeztu. El diseño básico se presentó en abril de 2008. Era muy flexible en lo funcional -los módulos podían ampliarse y reducirse según las necesidades- y sencillo de ejecutar, ya que la intención era sacar a adjudicación las obras de inmediato. Se llegó a anunciar la primera licitación para mayo de 2009. Pero para entonces, la crisis ya estaba encima. Nunca se ha renunciado al edificio, pero su construcción se congeló.
El comisionado y el arquitecto, sin embargo, siempre han sido optimistas y han confiado en el impulso definitivo a un proyecto que la Junta calificó como esencial. "El edificio se puede hacer en año y medio, todavía hay tiempo de terminarlo en este mandato", calcula García del Barrio. El proyecto sería ampliable al doble de los 10.000 metros cuadrados pensados para ese proyecto básico. De hecho, los arquitectos añadieron al diseño una última planta con una terraza y un solarium, y advirtieron de que podían seguir añadiéndose módulos para distintos usos a medida que fueran haciendo falta.
El cambio de consejera puede ser una nueva oportunidad, ya que Josefina Cruz era la mano derecha de Concepción Gutiérrez, titular de Obras Públicas cuando se ideó el concurso de ideas y se eligió el anillo. "Lo que ha ocurrido a todos los niveles con la crisis es comprensible, pero no se pueden olvidar los motivos por los que se decidió construir el edificio", recuerda el arquitecto. El comisionado lo dejó claro en su día: el barrio necesitaba servicios, pero sobre todo, un proyecto ilusionante para ponerse al nivel del resto de Sevilla.