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Una crisis de Gobierno contra los ERE

El Análisis. Susana Díaz prevé sustituir a los consejeros salpicados por el fraude (Hacienda y Economía) y relevos en Agricultura y Educación.

el 24 jul 2013 / 18:54 h.

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susana-grinan-06La dimisión de José Antonio Griñán se formalizará definitivamente en el Consejo de Gobierno del 27 de agosto. A principios de septiembre en el Parlamento, la consejera de Presidencia y candidata del PSOE a las autonómicas, Susana Díaz, será investida presidenta de la Junta gracias a los votos del socio de Gobierno (IU), que ha pactado ya con los socialistas mantenerse dentro de la hoja de ruta que firmaron hace año y medio, cuando se selló el pacto de izquierdas. A partir de ahí, Díaz se encontrará en la misma situación que vivió Griñán en 2009, cuando su antecesor Manuel Chaves, le designó sucesor (sin primarias) y le dejó al frente de un equipo que había elegido el propio Chaves hacía sólo unos meses. Nombres afines al expresidente, pero no al nuevo jefe del Ejecutivo. Apenas había pasado un año desde las elecciones autonómicas, cuando Griñán acometió una crisis de Gobierno, quitó a algunos consejeros nombrados por su predecesor, y metió a gente de su equipo, personas de su estrecha confianza. Susana Díaz tiene previsto hacer lo mismo, sólo que además los cambios que tiene en mente, según varias fuentes del Ejecutivo andaluz, llevan aparejada una estrategia que le permitirá desvincularse cuanto antes de la peor herencia que le deja Griñán: el escándalo del fraude en los expedientes de regulación de empleo pagados con fondos públicos (caso ERE). La estrategia está pensada y el aún presidente andaluz no sólo no es ajeno a ésta, sino que ha empezado a patrocinarla. Ayer mismo, su mensaje más claro fue asegurar que el nuevo Gobierno de su sucesora no tendrá ya nada que ver con los ERE. En el nuevo gabinete de Susana Díaz, siempre según las citadas fuentes, saldrían al menos cuatro miembros del actual Consejo de Gobierno: aquellos consejeros salpicados directa o indirectamente por el caso ERE, como la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo y el titular de Economía, Innovación y Empleo, Antonio Ávila. Ambos son de la plena confianza de Griñán, colaboradores suyos en la época en la que éste era titular de Economía y Hacienda en el Gobierno de Chaves. Aguayo lleva semanas negociando con sigilo con el ministro Cristóbal Montoro, para que Andalucía logre un margen de déficit lo suficientemente holgado como para que los próximos presupuestos autonómicos salgan adelante (entre el 1,5% del PIB y el 1,7%). Habrá Consejo de Política Fiscal y Financiera el próximo 31 de agosto, y en esa reunión entre el Ministerio de Hacienda y las comunidades se conocerá el techo de gasto individualizado para cada región. En función de este margen se adivinará ya si los próximos presupuestos serán factibles o, como apuntan algunas fuentes del Ejecutivo, la Junta se verá obligada a prorrogar los de este año ante la imposibilidad de aprobar las cuentas antes del 31 de diciembre [Cataluña pasó por la misma situación el año pasado]. A pesar de esta vorágine, la salida de Aguayo del Ejecutivo se da por hecha, y sería el viceconsejero de Hacienda y Administración Pública, José de Haro, quien se encargaría de pelear los Presupuestos de 2014. Los otros dos nombres que se barajan como consejeros salientes lo son por razones muy distintas. Por un lado, el titular de Agricultura, Pesca y Medioambiente, Luis Planas, que concurrió a las primarias como adversario de Susana Díaz, pero no logró los avales suficientes para que la sucesión se decidiera en las urnas. Planas ha sido muy crítico con su compañera, antes, durante y después del proceso de primarias, y su continuidad en el Gobierno andaluz se da por finiquitada. La gran “sorpresa” de los cambios que prevé Díaz sería la salida de la actual consejera de Educación, Mar Moreno. Moreno fue de los primeros miembros del Gobierno andaluz que apoyó la candidatura de Díaz en las primarias, sin embargo, según distintas fuentes, la sustituta de Griñán habría aceptado destituir a Moreno a cambio del apoyo que le brindó la dirección del PSOE de Jaén en las primarias. Los socialistas jiennenses fueron los últimos en posicionarse a favor de Díaz, y su apoyo fue decisivo, no tanto para consolidar la candidatura de la consejera de Presidencia (que ya contaba con el aval del resto de secretarios provinciales), como por presentar una imagen de unidad del Partido Socialista andaluz. Las fuentes consultadas insisten en que Díaz tendrá tiempo, hasta septiembre, para reflexionar sobre estos cambios, pero de momento no hay nada cerrado. Algunos barajan el regreso al Gobierno andaluz de la exconsejera de Igualdad y Bienestar Social, la jiennense Micaela Navarro, así como la incorporación de la diputada y secretaria de Política Institucional del PSOE, Verónica Pérez, una persona muy vinculada a Díaz. Pérez ocuparía un alto cargo de responsabilidad en el nuevo organigrama del Ejecutivo. La federación de izquierdas no pondrá pegas a ningún nombre, ni de los que salgan ni de los que entren. IU garantiza el apoyo a Díaz mientras ésta continúe por la senda que abrió Griñán. El presidente andaluz, que hace un mes vaticinó problemas en el pacto de Gobierno con la nueva dirección de IU, se desmarcó ayer de este análisis y dibujó un panorama mucho más halagüeño. Explicó que Susana Díaz y el vicesecretario general del PSOE-A, Mario Jiménez, han sido “el alma del gran pacto de la izquierda”. “Nuestros socios de Gobierno saben de la gran lealtad tanto de uno como de la otra”, sentenció.

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