La obligada austeridad presupuestaria ha supuesto una marcha atrás en los logros del Estado del Bienestar tanto en los países periféricos de la Unión Europea (Grecia, Irlanda, Portugal y España) como en las economías más poderosas (Alemania, Reino Unido y Francia).
Unos recortes que pasan por el adelgazamiento del funcionariado, la eliminación de subsidios sociales (como el cheque-bebé o la ayuda a los parados de larga duración, en España), el incremento del IVA o el encarecimiento de la educación pública. Tan drásticas medidas fueron respondidas con huelga generales en Francia, Grecia y España, a las que se sumaron diversas movilizaciones y protestas en toda la UE, en ocasiones acompañadas de incidentes violentos e incluso víctimas mortales, en el caso griego.
La nueva alerta lanzada por los principales bancos centrales del mundo sobre la amenaza crecimiento de un repunte de la inflación en las economías emergentes agrava la situación. El incremento de los precios de la alimentación, que en diciembre alcanzaron un nuevo récord, por encima incluso de los máximos históricos registrados durante la crisis alimentaria sufrida por varios países en el verano de 2008, ha hecho saltar las alarmas y encender a inversores en Bangladesh, Túnez o Argelia.
En Túnez, la Policía abrió fue-go para dispersar a la multitud en dos localidades, según varios testigos, pero a diferencia del fin de semana, cuando murieron 14 civiles en enfrentamientos entre los ciudadanos y los agentes, no se informó de ningún fallecimiento en las manifestaciones.
Las muertes de este fin de semana supusieron el punto más alto de las protestas que duran ya más de un mes. Los manifestantes protestan por la falta de puestos de trabajo para los jóvenes y la reacción con excesiva mano dura de las autoridades para controlar las protestas.
En la localidad de Gassrine, a 200 kilómetros de la capital, un testigo citado por Reuters declaró que el funeral por las muertes del fin de semana derivó este lunes en un enfrentamiento con la Policía.
En la localidad de Rgeb, en el centro del país y que ha sufrido los disturbios más violentos, los funerales por los manifestan- tes muertos se convirtieron también en ruidosas protestas, según los testigos. En algunas zonas, la Policía antidisturbios se enfrentó con varios civiles, aunque no se informó de ninguna baja.
sin clases. En la capital, los estudiantes lideraron una marcha para denunciar la represión policial, aunque los comercios siguieron abiertos y existía un amplio despliegue policial. En respuesta a esta ola de disturbios el Gobierno ordenó ayer el cierre indefinido de todas las escuelas y universidades.
Desde el Gobierno se informó de que las protestas fueron llevadas a cabo por una minoría violenta extremista. La Unión para la Constitución y la Democracia del presidente Zine al-Abidine Ben Ali, que domina la escena política, defendió a la Policía que alegó que disparó en legítima defensa contra la multitud que ignoró los disparos de advertencia.
Además, la Policía de Bangladesh recurrió ayer a gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar las violentas protestas llevadas a acabo por inversores después de que los mercados bursátiles sufrieran ayer una caída libre. El índice de la principal Bolsa del país cayó un 9,25% en menos de una hora tras la apertura de la sesión, después de que el domingo sufriera también un descenso del 6,7%, tras varias semanas de incertidumbres. Cientos de inversores se echaron a la calle, destrozaron coches y bloquearon las calles alrededor de la Bolsa de Dacca. Y gritaron consignas por la manipulación de los precios bursátiles.
