Segunda remodelación y primera gran crisis en el Gobierno de Marbella. La alcaldesa, la popular Ángeles Muñoz, anunció ayer cambios que afectan a cuatro ediles. De Urbanismo sale Alba Echeverría, encargada de negociar el espinoso PGOU. Félix Romero, portavoz municipal y hombre fuerte de la regidora, acapara ahora más poder.
Quedan poco menos de dos años para las elecciones municipales y antes de que comience el nuevo curso político la alcaldesa de Marbella (Málaga) ha decidido dar la vuelta al equipo de Gobierno como a un calcetín. Ángeles Muñoz aseguró ayer que la primera reestructuración profunda obedece a un "cambio de estrategia" para afrontar "nuevos retos". Una reorganización de las concejalías más acorde, dijo, a los problemas de los ciudadanos. Pero para el PSOE estos movimientos se deben a la "nefasta gestión" del Ejecutivo y de unos responsables que se han demostrado "incapaces". IU cree que es "un signo de desconfianza de la regidora hacia su propio equipo".
Muñoz no expulsa a ningún edil -todos asumen alguna función- pero desinfla las tareas de algunos nombres y engorda la responsabilidad del portavoz municipal, Félix Romero, hombre de confianza de la alcaldesa y actual responsable de Régimen Interior, Nuevas Tecnologías y Transporte, que pasa a gestionar también las áreas de Empleo y Juventud. Estas políticas salen de las carteras de Ángel Mora, concejal de Deportes, y José Luis Hernández, de Turismo. La portavoz del grupo socialista, Susana Radío, opinó que Romero se convierte en la persona de más peso en el ayuntamiento ante las "continuas ausencias de la alcaldesa". Muñoz es diputada en el Parlamento andaluz.
Pero el cambio más significativo es la salida de Alba Echevarría de Urbanismo, que pasará a ser la teniente de alcalde del distrito de Las Chapas. Para el PSOE, este relevo es la "crónica de un traslado anunciado por la falta de eficiencia de la concejal". Ha sido la persona que desde el ayuntamiento tenía que llevar el peso de la tramitación del nuevo plan general de ordenación urbanística, un complicado documento que, después de muchos tiras y aflojas con la Junta, fue aprobado por segunda vez de forma provisional por el consistorio a final de julio, devolviendo a Marbella la legalidad urbanística tras 23 años de caos en el ladrillo. "Ahora nos toca afrontar una fase de dura gestión del documento y de materialización", explicó ayer la alcaldesa en rueda de prensa. Deja esa tarea en manos de Pablo Moro, hasta ahora responsable de Obras y Servicios Operativos.
Obras será gestionado por uno de los cargos de confianza de la alcaldesa, Javier García, actual director de Las Chapas. García y el director de distrito de Nueva Andalucía y de Participación Ciudadana, Baldomero León, entrarán a formar parte de la Junta de Gobierno Local (con voto) y del Pleno municipal (con voz, pero sin voto). Esto es posible gracias a la reciente designación de Marbella como municipio de gran población.
El primer cambio en el equipo de gobierno de Marbella desde que el PP ganó por mayoría absoluta las elecciones de 2007 se produjo poco antes de llegar al ecuador de la legislatura. El único concejal sin delegación durante todo ese tiempo se incorporó al Ejecutivo. Manuel Cardeña, secretario general de PP marbellí, pasó a dirigir la concejalía de Bienestar Social.
