La falacia de que a Pepe Mel se le daban muy mal las segundas vueltas ya quedó desmontada en su día, pero que al técnico madrileño no le sienta demasiado bien el principio de la segunda manga está más que demostrado después de ver lo que han hecho sus equipos en las dos últimas temporadas. La crisis que está atravesando su Betis, de hecho, presenta un extraño e inquietante paralelismo con la que sufrió su Rayo Vallecano el año pasado y que finalmente le costó el cargo tras cuatro años en la entidad que manejan los Ruiz-Mateos.
El Betis se ha ido desplomando desde mediados de enero y justo después de competir con el Barcelona en los cuartos de final de la Copa del Rey. Al Rayo, casualmente, le ocurrió lo mismo. Tras la primera jornada de 2010, la decimoctava de Liga (0-0 con el Nástic), el equipo franjirrojo era quinto y estaba a dos puntos del tercero. Como su partido contra el Córdoba se aplazó, durante las dos semanas siguientes disputó los cuartos de final de la Copa ante el Mallorca, que lo eliminó, y luego comenzó la caída de verdad: 4-4 con el Hércules, 2-0 en Huelva, 2-2 en Albacete, 2-3 con el Cartagena, 0-3 con el Girona... y destitución al canto. Era el 13 de febrero y el campeonato iba por la vigésima cuarta jornada, una menos que ahora. Y como en este momento, el Rayo venía de cumplir un brillante papel en la Copa (dejó atrás a Real Sociedad, Córdoba y Athletic) y de perder dos partidos seguidos en casa. Igualito que el Betis. Y si aquí viene de establecer los récords de puntos y goles en la primera vuelta, allí venía de convertirse en el técnico con más partidos en el banquillo del Rayo y de ascenderlo de Segunda B a Segunda. La principal diferencia es que Mel ahora es tercero, mientras que entonces era undécimo.
En el Betis, por lo demás, es históricamente difícil que un técnico sobreviva a esta racha de derrotas. A Julio Cardeñosa le costó el puesto en la 90-91, a Pepe Alzate en la 84-85, a Valera en la 67-68, a Luis Hon en la 64-65...