La consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, se negó ayer a aplicar una moratoria sobre las obligaciones ambientales que deben cumplir las empresas andaluzas, una solicitud formulada desde distintos círculos empresariales, que sostienen que así oxigenarán sus cuentas y podrán destinar ese dinero a paliar los efectos de la crisis. Castillo, que participó en el roro del Club Antares y Cajasol, no dejó siquiera que su entrevistador acabase la pregunta. "No, no hay que reducir los costes ambientales ni aplicar una moratoria. Hay que buscar muchas fórmulas para afrontar la crisis, pero ninguna pasa por reducir esos costes", afirmó. No sólo, dijo, porque la voluntad de la Junta es la de proteger la riqueza ambiental de la región de los efectos perniciosos de algunas empresas, sino también porque "hay que ser muy rigurosos y la norma no deja ningún resquicio". Castillo añadió que la moratoria no se aplicará "ni aunque empeore" la situación, porque hay que seguir invirtiendo en prevenir la contaminación y seguir pagando si se genera esa polución. No obstante, la Junta dará "los apoyos" necesarios para afrontar la compleja coyuntura económica. Su postura coincide con la apuesta por la sostenibilidad ratificada dos semanas atrás por la UE.
En el almuerzo-coloquio, la consejera repasó sus retos de legislatura en materia de agua: la aplicación del principio de cautela para autorizaciones de uso; la creación del banco público de agua y el observatorio; el plan de modernización para afrontar la escasez; la mejora en la depuración y la implantación de tarifas que "incentiven el ahorro y penalicen el mal uso" del agua. Castillo pidió una "revolución ciudadana" ante el cambio climático y se comprometió a agilizar los trámites de los emprendedores en zonas de especial protección ambiental.
