-¿Nimo es de origen sevillano?
-Es gallego, como mi abuelo. Mi padre es gaditano, de El Puerto de Santa María, y yo nací en Sevilla porque mi madre es de aquí. El sábado pasado cumplí 50 años.
-¿Por qué coches y de Toyota?
-Yo jugaba en el Sevilla. También lo hacía en la Selección Española con Rafael Gordillo, nos unía una gran amistad. Mi padre ha sido siempre empresario del transporte y tenía un concesionario de carretillas elevadoras en El Puerto de Santa María, que era de Toyota. Nos ofrecieron en Sevilla las carretillas y entonces iniciamos una relación empresarial la familia y Rafael Gordillo. Montamos la sociedad y a los dos años el mismo importador se quedó con la importación de vehículos Toyota y nos lo ofreció. El automóvil es una cosa muy golosa, que nos gusta a todos desde chicos. No teníamos experiencia ninguna, pero dimos el paso. Y de eso hace ya 22 años.
-¿Cómo ha ido en este tiempo la relación amistad-negocio?
-La verdad es que ha sido una experiencia importante. Muy dura, porque hemos pasado momentos... sobre todo al principio, porque aquí Toyota hace 22 años no lo conocía nadie. Prácticamente la marca la hemos ido haciendo nosotros. Y los coches que nos daban en los comienzos eran pocos. El primer año, por ejemplo, nos dieron diez coches para vender (risas).
-¿Cuánto tiempo tardaron en venderse?
-Pues unos cinco o seis meses. El segundo año nos mandaron veintitantos, el tercero cincuenta... Era un negocio que no tenía viabilidad ninguna si era por volumen. Compartíamos el negocio de las carretillas con el del automóvil y la verdad es que, con bastante trabajo, hemos ido aguantando el tirón y poquito a poco todo el mundo ha ido conociendo Toyota. Empezamos con tres personas trabajando y ahora en Nimo-Gordillo Automóviles somos cien.
-¿Y los demás números?
-En Sevilla tenemos Lora del Río, Utrera, Dos Hermanas, Alcalá, Écija y El Viso de Alcor. Tenemos también, aunque ya no es Nimo-Gordillo pero sí Toyota y negocio familiar, Nimauto en Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Arcos. El año pasado facturamos 37 millones y este año esperamos igualar.
-En estos años se ha topado con otro bache...
-Momentos como el que hemos tenido no los he conocido. Se han juntado varias circunstancias que han explotado. Había una alegría muy superficial por parte de todo el mundo, también de los bancos. No era tanto entonces ni tan poco ahora.
-El bajón ha sido más fuerte después de venir de años de esplendor en las ventas...
-Creo que íbamos todos montados en la misma cinta porque no era sólo el automóvil, también la construcción... estaba todo inflado. Unos precios que no eran acordes al mercado. Y ahora mismo las cosas se están poniendo en su sitio y se está pagando lo que realmente vale. Si la economía y todo va bien, eso hace que la gente compre coches con más alegría.
-Las ayudas del Gobierno ¿han generado un punto de inflexión en las ventas de junio?
-Creo que hemos tocado ya fondo y que no va bajar más el mercado. Pero también que van a venir meses regulares. De agosto a octubre va a ser un trimestre duro. Pero el mercado está más alegre y las cosas van un poquito mejor porque también es cuestión de ánimo.
-¿Las visitas a concesionarios se traducen en ventas o aún no?
-Si no vendemos en junio y julio, que son los mejores meses del automóvil, no sé cuándo lo haremos. Nos ha venido muy bien el VIVE y el Plan 2000E, sobre todo este último. El mes pasado matriculamos 131 coches y el 50% de los coches han sido Plan 2000E.
-Fíjese que sólo he oído críticas porque, dicen, está muy limitado a una gama pequeña de coches.
-Depende de la marca. Una de las políticas comerciales de Toyota es cuidar el medio ambiente. Desde hace diez años tiene el Prius, modelo híbrido, en el que somos pioneros. Tenemos una gran variedad que sí entra por emisiones.
-¿Se ha solucionado ya la devolución del dinero que adelanta el concesionario?
-Todavía no. En tres meses llevamos casi 100-120 operaciones en las que hemos adelantado el dinero. Se puede aguantar así un tiempo, pero no mucho.
-¿Cree que la crisis va a acarrear un cambio de hábitos a la hora de comprar un coche?
-No puedo predecir eso. Sí que nos ha servido para ser más realistas de las circunstancias de cada uno, de su familia y su casa. Ha sido importante para que no vivamos de humo, sino de la realidad. Después de la Expo el automóvil tuvo una crisis de tres o cuatro años bastante fuerte. Y todo se olvida. Sería bueno no volver a caer en lo mismo.