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La crisis y el riesgo minan las ONG

Las organizaciones, con menos voluntarios, evalúan el peligro de sus misiones.

el 28 ago 2010 / 18:47 h.

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Una vez liberados los cooperantes españoles Roque Pascual y Albert Vilalta tras 268 días de secuestro en manos de Al Qaeda en el Magreb Islámico, las ONG evalúan ahora los riesgos de sus diferentes misiones y aseguran a sus cooperantes ante los daños físicos y psíquicos que puedan sufrir mientras desarrollan su trabajo.


Además, la actual crisis económica ha reducido considerablemente el número de cooperantes que este año han viajado al extranjero dado que cada uno debe costearse su pasaje y su manutención.


En España hay en torno a 1.500 cooperantes trabajando en el mundo, profesionales que el Estatuto del Cooperante define como "aquellas personas físicas que participan en la ejecución, sobre el terreno, de un determinado instrumento de cooperación internacional para el desarrollo o de ayuda humanitaria". La mayoría de los seguros que suscriben las organizaciones cubren los siniestros o incidencias ocurridas durante el desarrollo de su trabajo en el extranjero e indemnizan en caso de incapacidad permanente, gran invalidez, fallecimiento o daños físicos y psíquicos, ocasionados por un accidente, ataque o secuestro. Sobre el terreno, las organizaciones evalúan continuamente el grado de peligrosidad al que están sometidos en sus labores humanitarias. "Desarrollamos coberturas de riesgo, al final del día hacemos un balance de análisis de riesgo al que estamos expuestos y si éste es aceptable, en función de lo vital que pueda ser la acción que estamos desarrollando en un momento específico", explica a Efe el director de operaciones de Médicos sin Fronteras (MSF), Joan Tubau.


Para las ONG del ámbito sanitario, son distintos los criterios que utilizan para realizar la valoración del peligro que corren sus cooperantes porque "suele determinarse de acuerdo con el impacto de la asistencia" que están prestando muchas veces en países donde hay conflictos armados. "La decisión sobre ese riesgo puede ser diferente si lo que vamos a hacer es una entrega de material de salud primaria o si es para un anestesista que está atendiendo a víctimas de un enfrentamiento armado", asegura el responsable de MSF. No obstante, una vez determinada el grado de peligrosidad, "corresponde a cada uno, de forma particular, asumirlo o no".


contexto distinto. El peligro al que se enfrentan los cooperantes lo corroboran las cifras: en 2009 perecieron 102 personas que acuden en zonas de conflicto con el objetivo de ayudar. La ONU facilitó estos datos con motivo del Día Humanitario Mundial. Además, la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Cooperación Internacional y Respuesta a las Crisis, Kristalina Georgieva, alertó de que durante 2009 "murieron más trabajadores humanitarios que soldados de Naciones Unidas encargados del mantenimiento de la paz" y que en una década el número de cooperantes fallecidos "se ha triplicado".


Por ello, y a la vista de los últimos datos y del secuestro de Pascual Vilalta y Roque Pascual, las organizaciones solidarias Intermón-Oxfam e Intervida se han visto obligadas a reforzar las medidas de seguridad en sus campañas para proteger a sus cooperantes por el riesgo de secuestro a manos de grupos armados islamistas, tras recibir alertas de las embajadas francesa y estadounidense en Malí y Burkina Faso, así como del Ministerio de Exteriores español.


A esta situación de conflictividad se une la crisis económica. "El número de voluntarios para viajar al extranjero a ayudar ha caído en picado", asegura la portavoz de Ayuda en Acción, Emilia Arias, quien confirma que normalmente la ONG envía entre 20 y 30 voluntarios cada verano para colaborar en sus proyectos en el extranjero, "pero este año no van más de diez". "Se han quedado fuera por el tema económico", coincide la responsable de voluntariado de Ayuda en Acción, Elisa Iglesia. En cambio, la ONG Ayuda en Acción, que desarrolla proyectos en Asia, África y América, asegura que el descenso no es traumático.

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