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La cruz y la hélice

Mirada de otra forma una cruz podría ser una hélice si se pusiera a dar vueltas y, en cierto modo, en eso podría convertirse la del Santo Domingo de Martínez Montañés, robada del Museo de Bellas Artes hace poco, si el hurto sirviera para poner encima de la mesa...

el 16 sep 2009 / 00:29 h.

Mirada de otra forma una cruz podría ser una hélice si se pusiera a dar vueltas y, en cierto modo, en eso podría convertirse la del Santo Domingo de Martínez Montañés, robada del Museo de Bellas Artes hace poco, si el hurto sirviera para poner encima de la mesa las condiciones de seguridad del centro, también otras cosas y comenzar a buscar soluciones nuevas entre todos. La crisis del Museo -y me refiero a la de la cruz y no a la económica- debería servir para eso porque el mundo ha ido siempre hacia delante gracias a las crisis cuando han existido cabezas que se han puesto a pensar en salidas innovadoras.

La Consejería de Cultura opta por la solución de contratar una empresa privada, pero eso es lo que harían en Rusia ante una situación semejante; los sindicatos piden el reforzamiento del funcionariado, algo no demasiado alejado de la Plaza Roja en los mejores tiempos del período soviético. Nadie cae en la cuenta de que un museo es, antes que un yacimiento de empleo, un centro cultural y que se abre para una sociedad formada por tres esferas: la de los que administran, la de quienes producen y la de aquellos que investigan.

Una triple hélice cuya interacción lleva años explicando Henry Etzkowitz como fórmula de desarrollo equilibrado. Al autor de la teoría lo paseamos por congresos y simposios para luego no hacerle ni caso pero su fórmula sigue ahí: no habrá avances sin esa interacción. La Universidad no puede seguir fuera del día a día de los museos; muchos estudiantes tendrán como meta trabajar en sus puestos de dirección y nada sería mejor que ofrecerles entrar como aprendices: vigilantes de sala, ayudantes de conservadores, guías? Es lo que hacen desde hace mucho en Londres o en París sin privatizar ni refuncionarizar. Sin ser ni soviéticos de Kruschev ni rusos de Puttin.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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