La cuesta de enero se convertirá este año en una difícil rampa que escalar, ya que, según las previsiones del Gobierno, los precios continuarán subiendo, al menos, en los primeros meses de 2008. Al incremento del coste de la vida, se le añaden desde mañana la luz, el agua, el teléfono, el gas, los transportes... El bolsillo ya tiembla.
Y hay razones para ello. El sobreesfuerzo que hacen todas las familias para afrontar el primer mes del año, cuando aún no han concluido las fiestas navideñas y se ultima la compra de regalos, llega con un aumento generalizado en las facturas cotidianas que, no por esperado, deja de ser molesto. Y más, cuando las pequeñas economías familiares llevan meses soportando precios elevados en productos de primera necesidad como los alimentos o la gasolina. Y, también, asumiendo la continua progresión del Euríbor, el indicador más utilizado por los españoles para calcular sus hipotecas. Tras dos efímeras caídas, el índice vuelve a subir.
Nadie escapará al efecto 1 de enero. Fecha de revisión de tarifas y precios en la práctica totalidad de servicios. Desde la luz, cuya factura aumentará un 3,3% -tanto para los clientes domésticos como para las grandes industrias- en el primer trimestre del año. No hay alternativa para más de 20 millones de consumidores. Sin olvidar el gas natural, que se elevará un 4,7% de media, y el butano, por cuya bombona se pagará un máximo de 12,94 euros, esto es, un 5,2% más.
Todos estos servicios, además de otros como correos, la telefonía fija, los transportes urbanos, los ferroviarios, etcétera, crecerán en tasas superiores al Índice de Precios al Consumo (IPC) oficial (previsto por el Gobierno), que fija en el 2%. Según este indicador, en noviembre -último dato disponible- los precios aumentaron un 4,1% y hay productos básicos, como es el caso del butano, cuyo encarecimiento llega incluso a superar esta descontrolada tasa de inflación.
A falta de que se cierren los datos del IPC de diciembre, que se conocerá a mediados de enero, todo apunta a que los precios se mantendrán en la órbita del 4% y sus alrededores. Es decir, que no se espera a corto plazo una contención de los precios.
Sin embargo, esta situación de precios disparados y de revisiones de tarifas al alza (como cada enero), no se ve acompasada con los salarios de los trabajadores.
De hecho, en diciembre los sindicatos y la patronal suscribieron una nueva prórroga del Acuerdo Interconfederal sobre la Negociación Colectiva para 2008, pacto que, por séptimo año consecutivo, plantea por parte de las organizaciones sindicales su intención de apostar por la moderación salarial con el objetivo de no crear una espiral inflacionista (más aún) y, que compromete a los empresarios a trabajar para seguir generando empleo a lo largo del año que viene. Es decir, establece que en los convenios los salarios se ajustarán al objetivo previsto por el Ejecutivo de una inflación al 2%.
De hecho, han sido varias las voces que han alertado sobre el peligro de incrementar los salarios en la etapa inflacionista actual, que se suma además, a un momento de desaceleración económica.
revisión salarial. Eso no quita, no obstante, para salvaguardar el poder adquisitivo del trabajador de modo que, ante la escalada de los precios -por culpa de los cereales y los combustibles y sus efectos en cadena- no quede expuesto a los vaivenes de la inflación. Así, cada vez más los sindicatos intentan incluir en la negociación de los convenios colectivos una cláusula de garantía salarial, con la que se evite esa pérdida.
En Andalucía, la mitad de los convenios vigentes (que se están aplicando) poseen esta cláusula, por la que el trabajador percibe la desviación que haya experimentado la inflación al término del ejercicio, según los datos del Consejo Andaluz de Relaciones Laborales (CARL). Pero queda otra mitad que permanece indefensa ante una escalada como la de la cuesta de enero.
