Economía

La cuestión laboral arde y empantana Unicajasur

La cuasi ruptura con los sindicatos ensombrece el avance interno de la fusión entre Unicaja y Cajasur

el 16 mar 2010 / 21:40 h.

Una sucursal de Unicaja junto a otra de Cajasur en la capital malagueña.

30 de junio. Éste es el plazo dado por el Banco de España para que se cierre la fusión de Unicaja y Cajasur y, tras ocho meses desde que la operación se acordara, todavía está en el aire pues, salvados los obstáculos que puso la Iglesia Católica -fundadora de la cordobesa- al citado matrimonio, queda el sí de los representantes de los trabajadores. Y aunque se avanza en todo lo demás -cuestiones administrativas, de organización y funcionamiento- tras el mando unificado impuesto por la entidad malagueña, la cuestión laboral se está complicando. Es más, la negociación al respecto se encuentra empantanada.

El reloj corre. Aunque ponerse en lo peor, es decir, la ruptura, se encuadra en la estrategia sindical al negociar, lo cierto y verdad es que las reuniones de la mesa laboral, que ha de resolver el excedente de plantilla que traerá consigo la futura caja fusionada, se suceden desde hace dos meses sin que haya atisbo de acuerdo. El reloj corre.

La parálisis es tal que los sindicatos solicitarán hoy un "receso" en el proceso de diálogo con los directivos debido a que "tras meses de reuniones las entidades financieras aún no han facilitado datos concretos". ¿Sobre qué? Número de empleados que van a sobrar, tipo de salidas que éstos tendrán, cifra de oficinas que se cerrarán, cómo emprender la homologación de condiciones entre las plantillas de Unicaja y Cajasur, etcétera.
Si bien Aspromonte, el sindicato mayoritario dentro de la entidad cordobesa, ha sido siempre el más crítico con la fusión, CCOO tampoco se está quedando ahora atrás.

Sin sentido. "Estamos inmersos en una espiral sin sentido", dijo ayer a los periodistas el secretario general de la Agrupación Ahorro de la Federación de Servicios Financieros y Administrativos (Comfia) de Comisiones Obreras de Andalucía, José Segura, quien añadió que no están dispuestos a continuar así, ya que "todo se basa en estudios teóricos". Indicó que en la sexta reunión de la mesa de negociación laboral, convocada para ayer y hoy en la sede de Unicaja en Málaga, se iban a analizar las propuestas de la dirección, aunque, según aseguró, la caja que preside Braulio Medel se echó para atrás y no dio dato alguno.

Por su parte, el secretario general del sindicato Csica, Emilio Menéndez, comentó que no se han presentado "ni datos ni propuestas concretas". Asimismo, el presidente de Aspromonte, José Ignacio Torres, denunció que no se sabe aún a quién puede afectar el acuerdo laboral, por lo que van a solicitar "formalmente que se dé a conocer el colectivo afectado". Torres insistió en pedir "responsabilidades a la Junta de Andalucía" pues, argumentó, el Gobierno andaluz "se ha inmiscuido en las decisiones de una empresa privada por lo que ahora debe asumir sus responsabilidades". Señaló que si no avanzan las reuniones entre los sindicatos, se convocará una manifestación, si bien será posterior a la Semana Santa.

La carta. Las negociaciones se estancaron después de que Unicaja trasladara a sus empleados una nota en la que sostenía, como venía advirtiendo con anterioridad, que el ahorro de costes equivalente a 1.224 empleos (son 236 empleados de Unicaja y 988 de Cajasur) era "irrenunciable e innegociable".

Ese número coincide precisamente con el excedente laboral recogido por la consultora Boston Group dentro del documento de diagnóstico para la fusión. "Esto no puede ser la Biblia", dicen los sindicatos, que rechazan que sea "un dogma de fe".

Fuentes políticas, en cambio, restan hierro a estos desencuentros y confían, además, en un desbloqueo de esta situación y solicitan, por tanto, sosiego a los sindicatos y un esfuerzo para que la operación fructifique.

Medidas traumáticas. Con la parálisis actual se echa por tierra las aspiraciones de las centrales sindicales, que reconocieron hace unas semanas que se había logrado un "tímido" primer paso, ya que la dirección había concretado algunas iniciativas laborales con las que pretendía reducir costes. Éstos, de forma inmediata, se han de recortar en 57 millones de euros y, según los sindicatos, no hay compromiso de evitar las medidas traumáticas.

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