Cultura

“La cultura está arrasada, pero busco resquicios de esperanza”

Eugenio Ampudia muestra sus creaciones en la galería Rafael Ortiz. El vallisoletano quiere que sus obras “transmitan a la cabeza”.

el 22 jun 2013 / 23:00 h.

Ampudia ‘Museum and space’, obra de Eugenio Ampudia expuesta en la galería Rafael Ortiz. De acuerdo con estos tiempos vaporosos y también de confusa visibilidad, las obras que Eugenio Ampudia (Valladolid, 1958) muestra estos días en la galería Rafael Ortiz tienen como común denominador el humo, y de hecho titula así la colección. No obstante, las obras seleccionadas son muy distintas entre sí, por más que todas propongan reflexiones más o menos provocativas y políticamente incorrectas. En la muestra, que permanecerá abierta al público hasta el 24 de julio, encontramos una obra conocida como Prado GP –con su motorista recorriendo los pasillos del museo–, junto a un dibujo de 1,50 x 1 metros realizado con aceite de motocicleta, usado y sin usar, que aspira a que “el dibujo adquiera la velocidad conceptual del aceite”, señala. También destaca en el catálogo la pieza titulada Habitación de lluvia, donde Ampudia horada 80 catálogos de exposiciones y proyecta a través de esos huecos una imagen que asemeja la lluvia; o Museum and space, donde se ironiza sobre los museos como manifestación expansiva a través de la imagen del Guggenheim de Bilbao despegando como un cohete. Dicha imagen se reproduce como escultura de alumino pintado de blanco en Satélite, que invita a pensar si el continente es más importante que el contenido en materia museística. “Todo tiene que ver con el humo, el desastre, el despegue, la velocidad de nuestro tiempo. Nada más inaprehensible e ingobernable que la situación que estamos viviendo, es como el humo”, explica el creador. “El humo también hace que el paisaje cambie, y que todo se vea de otra manera”, agrega. Muy distinta es la obra Can Nabis, que el propio artista desarrolla así: “Representa un trozo de mi biblioteca, y delante un perrito pequeño esculpido en hachís. Me gustaba la idea de un paisaje interior, íntimo, en el que la figura central fuera consumible, e ilegal”, recuerda Ampudia. “La intención de todas las obras es que el espectador reflexione, que transmitan a la cabeza, que es lo que realmente importa. Me gustaría que ese punto íntimo y de desastre que tienen se pudiera extrapolar a lo que nos pasa a todos”. El artista lamenta que en este momento, en todos los campos, “la cultura está arrasada”, y reconoce, además, que está capeando la crisis mejor que otros gracias al mercado internacional, en el que se mueve bien desde hace años. No obstante, Ampudia niega que su trabajo contega un mensaje apocalíptico: “Todo lo contrario, busco resquicios de esperanza. Por muy mal que estén las cosas, seguiremos viviendo, sin duda, y es posible que dejemos cosas en el camino, pero las recuperaremos”, afirma.

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